sábado, 18 de diciembre de 2010

SERÁS MI ÁNGEL?



SERÁS MI ÁNGEL?

No supo cómo fue ni cuándo, pero de pronto se dio cuenta de que se encontraba sentado frente a la entrada principal de un edificio que le resultaba del todo extraño.
Impasible, veía caminar en todas direcciones a seres que a todas luces le parecían extraños, no encontraba nada familiar en ellos, todo le indicaba que ese sitio no era su lugar.
Sin embargo, muy dentro de su ser sentía que algo lo ataba a ese lugar del que no quería marcharse, no sabía qué era, pero debía ser algo muy fuerte lo que le impedía salir corriendo de ahí.
De pronto, un pensamiento, como un flashazo cruzó por su mente y recordó que en algún momento había estado profundamente enamorado de algo y de alguien mente qué era que habitaba en ese lugar.
No sabía exactamente qué era, pero recordaba levemente que en algún momento de su vida estaba enamorado de todo lo que le rodeaba, del cielo, las flores, su trabajo, la tienda de la esquina, por lo que sonrió levemente al recordar esos momentos bastante agradables de su vida.

Fue en esos precisos momentos en que recordó que meses atrás, vio algo que le marcó profundamente. Iba caminando lentamente, después de haber tenido un día difícil en su trabajo, por lo que trataba de relajarse encaminando sus pasos por esos tranquilos lugares en los que sólo se escuchaba el sonido de las, anunciando la llegada de la temporada de lluvias.
Se sentó en un banco. Echó la cabeza hacia atrás y suspiró imaginando que había tenido un maravilloso día y se dijo para sus adentros “Seguro que has tenido un gran día y tu esposa debe tenerte preparada alguna sorpresa como las que acostumbra darte la bienvenida y tus hijos vendrán presurosos a recibirte en espera de los regalitos sorpresa que acostumbras llevarles día a día”.

De pronto, escuchó un sonido entre los arbustos que estaban a unos metros de sí, por lo que se  levantó sigilosamente y se dirigió hacia el lugar de donde provenía el ruido, pero no vio nada por lo que pensó “mejor me voy de aquí, no vaya a ser el diablo y me pase lo que al gato”.

A punto de marcharse, volvió a escuchar el mismo ruido, pero ahora más fuerte, al volver la vista hacia los arbustos casi se desmaya cuando vio lo que jamás pensó ver algún día o noche en su vida.
Agazapado entre los arbustos se encontraba aquello, que en un principio creyó era un maleante que pretendía acabar con su vida o sus pertenencias. Por su mente cruzaron mil cosas, todas ellas desagradables, se vio formando parte de las estadísticas de la “delincuencia organizada” y su foto en los titulares de la sección policiaca donde lucía sin cabeza y con un letrero en su espalda diciendo “por no seguir la línea… y faltan más… Atentamente el relevo familiar”.
Mientras esos pensamientos cruzaban por su mente, paralizado por el terror  observó que lo que se encontraba entre los arbustos no era un maleante, sino un ángel, tal y como se lo había su catequista cuando de pequeño asistía al catecismo de su parroquia y soñaba con ser sacerdote.

Pero su mente racional le decía “serénate, acuérdate de lo que decía Marx que la religión es el opio del pueblo”, por lo que los ángeles no existen y por lo tanto debes ser víctima de alguna cámara escondida, de esos con lo que acostumbran divertirnos algunas televisoras.
Pero lo que había entre los arbustos se empezó a elevar por encima de su cabeza y comprobó que efectivamente se trataba de un ángel.
-No puede ser… Tienes unas alas en la espalda. A los que llevan alitas como tú solemos llamar ángeles. ¡Pero no existen! Son como las sirenas, los unicornios… ¡No existen!.

De repente, el ángel escondió las alas y le preguntó – “ qué soy” – “Un hombre normal” le respondió…, y sacando de nuevo las alas le volvió a preguntar “ y ahora que soy”…, y le volvió a contestar “un ángel”.

Así pudo descubrir que aquello que veía era un ángel…, un ángel  sin alas para los mortales. Sólo las sacaba de noche y procuraba que nadie le viese, pero aquello de lo que había sido testigo, de vez en cuando lo hacía para salir de lo monótono de su vida. Ser ángel de noche y un simple mortal de día.

Durante los meses siguientes fue sementándose su amistad, aunque le costaba asimilar que tenía como amigo a un ángel.

Durante sus años mozos había alimentado secretamente la idea de que cada uno de los humanos tenía un ”ángel de la guarda”, que era la dulce compañía que su catequista “la lucyta” le había dicho.
Ahora que se encontraba ahí sentado frente a la fachada principal de ese edificio, que momentos  antes le parecía totalmente extraño, entendió que estaba ahí precisamente para encontrar a “su ángel”, el que a partir de ese momento sería “su dulce compañía y que no lo abandonaría ni de noche ni de día”, tal y como lo había aprendido en sus años mozos de palabras de catequista “lucyta”.

Sí aún no ha aparecido tu ángel en tu vida…, búscalo, que seguro te está esperando en lugar y momento menos pensado…, pero búscalo porque a veces ni ellos mismos saben que son nuestros ángeles.

Antony Peper

Culiacán, Sinaloa, invierno de 2010.



LIBERTAD SECUESTRADA

-¿Puedo ayudarte en algo?..., preguntó con un dejo de angustia y preocupación.

Secándome las lagrimas, que a raudales rodaban sobre mis mejillas, le respondí con un hilillo de voz, que me pareció ser apenas un leve quejido, venido desde muy lejos.

-No... Gracias... creo que nadie puede ayudarme…, todos cuanto lo han intentado hacer, han terminado desaparecidos, asesinados, encarcelados y en el menor de los casos despedidos.

-Tal vez yo pueda ayudarte…, me respondió de manera insistente ese ser..., que traía hacia mí, recuerdos que muy vagamente llegaban a mi mente.

-Durante los últimos años, he pedido a gritos que me ayuden, pero a fuerza de tanto insistir sin lograrlo, he terminado por "dejar hacer...dejar pasar".

-Lo he pedido a gritos, pero parece ser que todos se quedaron sordos… ciegos..., mudos..., sin conciencia.

No me gusta ésta vida que me están haciendo vivir mis captores… Me visten de gala con deslumbrantes vestidos de oropel para que los visitantes se impresionen con mi brillante apariencia…, Me humillan con limosnas a cambio de que yo pose para ellos como si fuera una meretriz…, Mis padres y hermanos están demasiado ocupados fabricando fastuosos ropajes  de oropel..., que casi no tienen tiempo para preguntarme acerca de mis lagrimas o para saber siquiera de mí...

-Quizás tengas razón y no pueda ayudarte…, pero sé de alguien que sí podrá hacerlo con toda seguridad..., Es más…, es la única persona que puede conseguir cambios importantes y seguros en tu vida..., esa persona eres tú…, 
Haber dime…, sí no te gustan tus ropajes…, ¿has buscado confeccionárlos a tu medida ?..., Sí  tus padres y hermanos no tienen tiempo para saber de ti... ¿ los has llamado alguna vez?..., sí no lo has hecho…, llámaloooooooos... y así sabrán de ti…, Sí no te gusta lo que están haciendo de ti…, limpia tus lagrimas y lucha por lograr los cambios que puedas para gustarte primero a ti…, y luego gustarle a los demás.

Ante esos llamados a la reflexión.., sólo acerté callar…, y al cabo de un largo rato de cavilación  le dije “gracias”..., por lo que ese extraño ser..., sin decir palabra se marchó por donde le había visto venir.
Mientras veía que se alejaba de mí, reflexionaba sobre lo dicho por aquel extraño personaje y en mi mente revoloteaban lejanos recuerdos de lo que antes había sido mi vida y la de mis padres y hermanos.

Después de un rato, me dije para mis adentros…,“Tiene razón... me estoy ahogando en un vaso de agua”...,  la solución es sencilla…, “definitivamente soy como soy por haber dejado de ser lo que fuí…, sí no lucho por mi liberación, jamás me liberarán mis secuestradores y seguirán por siempre enriqueciéndose a costa de mis costillas”.

A medida que avanzaba en mis cavilaciones, las lagrimas…, que antes corrían a raudales por mis mejillas, se secaron como por arte de magia,  mientras que por dentro mi alma mater gritaba por todo lo alto los nombres los padres y hermanos, que prestos..., rescatáronme así al fin de mis...


MORALEJAS:
-      No quieras que otros hagan lo que es tu deber hacer
-      Si quieres ser libre…lucha por liberarte de tus secuestradores


Antony peper
Culiacán, Sinaloa, invierno de 2010.
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jueves, 16 de diciembre de 2010

CUANDO SOLO HABLAN MIS SILENCIOS



CUANDO SOLO HABLAN MIS SILENCIOS

Como tantas otras veces..., en los momentos en que la más negra oscuridad empieza a envolverlo todo, de nuevo están ahí… son esos interminables silencios que me obligan a preguntarme...,

 ¿porqué se hizo de pronto la noche?... ¿porqué por más que abro los ojos no puedo encontrar nada de luz?... ¿Será que estoy dormido y estoy teniendo una pesadilla?...

De repente, descubro que no estoy dormido…, que no estoy soñando…, que estoy solo y que me encuentro totalmente perdido en esa oscuridad donde sólo escucho la voz de mis silencios.

Mi respiración se hace cada vez agitada y una sed abrazadora empieza a quemar mi garganta impidiéndome gritar a esos interminables silencios que dejen de acosarme con sus desatinos.

El pánico, se apodera poco a poco de mí, por lo que tratando de agudizar mis sentidos, pregunto… ¿hay alguien ahí?..., pero sólo los susurros de mis silencios llegan a mí.

Por más que abro los ojos no logro distinguir nada y me pregunto ¿ porqué sí esta es mi casa la siento extraña y no veo a nadie?.., ¿dónde estarán todos?..., ¿por qué no me contestan?..., ¿por qué se han ido?... ¿por qué han vuelto a dejarme solo y a merced de mis interminables silencios?..., ¿porqué se han ido, sí saben que tengo terror a quedarme solo en casa esperando su regreso.

¿Estaré soñando?... ¡Sí, eso es!..., me respondo esperanzado..., no debo asustarme…, pronto despertaré y todo volverá a ser como siempre… como cuando estos interminables silencios no hablaban ni amenazaban con alejarlos de mí.

Antony Peper
Culiacán, Sinaloa, invierno de 2010.