martes, 12 de abril de 2011

TEORIA Y PRACTICA DE LA MIGRACION

MIGRACIONES INTERNACIONALES 1

MIGRACIONES INTERNACIONALES 2

MIGRACIONES INTERNACIONALES 3

MIGRACION MEXICO-EEUU

CARGANDO EL VENADO



CARGANDO EL VENADO.....

LA PURA REALIDAD

Estaba un hombre a la orilla del camino, sentado en una piedra, bajo la sombra de un frondoso huanacaxtle.

Se le miraba triste, meditabundo, cabizbajo; casi, casi a punto de soltar el llanto.

Así lo encontró su compadre y amigo de toda la vida, quien acongojado al verlo en tales fachas, le preguntó el motivo, causa o razón que ocasionaba que él se encontrara en situación tan deprimente.

Ø Compadre -contestó el interpelado, -¡tu adorada comadre!... ¡tu comadre!. Esta noche la mato o la desaparezco; pero de que se muere, se muere...

Ø No la amuele compadre, mejor platíqueme por qué la quiere matar. A lo mejor puedo ayudarle a encontrar una mejor solución.

El compadre, después de limpiarse sus ojos todos llorosos y su nariz moquienta, empezó con su relato.

Ø Mire compadre, sabe que somos muy pobres y en su humilde casa, la única forma de acompañar los frijoles es con un pedazo de carne que tengo que conseguir yendo de cacería al monte.

Ø Me tengo que ir con mi vieja escopeta, pasar varios días de sufrimiento y penalidades, salvándome de milagro de los peligros del monte, esquivando víboras, al tigre y la onza,

Ø Soportar la terrible comezón que me producen las güinas, garrapatas y piquetes de moscos; y por si esto fuera poco,

Ø Aguantar cómo me cala hasta los huesos el frío y la soledad de las noches.

Ø Luego, por fin, si la suerte me socorre y logro cazar un venado, todavía tengo que cargarlo hasta el rancho y subir la cuesta de la loma donde está mi casa.

Ø Todavía no alcanzo resuello, cuando aparece mi señora con el cuchillo en la mano e inmediatamente empieza a repartir el venado entre vecinos y familiares.

Ø Que una pierna pa' doña Juana.

 Ø Que otra pa' doña Cleo,

Ø Que este lomito pa' mi mamá, que esto pa'llá,

Ø Que esto pa'cá y a los dos o tres días allí va tu tonto otra vez de cacería. ¡Pero ya me cansé y esta noche, mínimo las desmechoneo!

El compadre de aquél iracundo desdichado, después de meditar un momento, le dió la solución:

Ø Invite a su mujer a cargar el venado.

Ø ¿¡Qué!?

Ø Sí, sí. Mire, no más no le diga las maltratizas que se pone para cargar el venado. Mejor píntesela bonito. No le hable de las espinas ni los peligros, ni del frío ni el calor.

Dígale que la invita para que disfrute de los bellos paisajes, del esplendor de las estrellas que lo cobijan en la noche, de los manantiales cristalinos que reflejarían románticamente sus imágenes, de sus exquisitas aguas, del aire fresco del monte, lleno de oxígeno, de la graciosa manera en que camina el venado, como si fuera un bailarín de ballet, del dulce canto de los grillos y los pajarillos silvestres, en fin..

El compadre siguió el consejo.

Por supuesto la convenció.

 La mujer, entusiasmada, se fue con la falda larga hasta el tobillo.

Al cruzar el primer "aguamal" se redujo a minifalda porque la prenda quedó desgarrada entre las púas.

La blusa le quedó toda jodida, el calzado se le rompió por los difíciles caminos y las piedras y las espinas la hicieron sangrar.

 Las "güinas" y "guachaporis" los traía por todo el cuerpo; el sol le quemó la piel.

El pelo se le maltrató: le quedó tieso y desparramado como estropajo.

Las manos le quedaron encallecidas al abrirse paso entre el espeso monte.

Toda chamagosa, estuvo a punto de sufrir un infarto al toparse con una enorme víbora.

Muerta de hambre, su imagen parecía sacada de un cuento de ultratumba.

Por fin, después de tantos martirios, un día encontraron al venado.

Ella tuvo que contener el aliento; y el hombre, sigiloso, con la astucia y agilidad de un gato, se acercó a su presa; y con la mirada de un lince localizó el blanco justo para liquidar al escurridizo animal.

¡Bang! Y el venado había muerto.

La mujer no cabía de júbilo pensando que su sufrimiento había terminado; pero no era así.

Ø Ahora, mi amor, quiero que cargues el venado para que veas lo bonito que se siente -- le dijo el hombre masticando rabiosamente cada una de sus palabras.

La mujer casi se desmaya ante la desconocida mirada asesina de su marido; pero ante la desesperación por regresar a su hogar, no tuvo aliento ni para replicar; y cargó el venado hasta su casa cruzando veredas y montañas.

Despatolada, con las piernas abiertas, jadeando y casi muerta, a punto de tronarle el corazón, llegó y depositó el animal en la sala de su casa.

Los niños y sus amiguitos, hijos de los vecinos, salieron a recibir a sus papás cazadores y acostumbrados a la repartición, le dijeron a su mamá con alegría:

 -- Mamá, apúrate a repartir el venado porque la mamá de Pepito ya está desesperada.

--¿Qué pedazo le llevo a mi tía?, le dijo otro.

La señora, tirada en el piso, hizo un esfuerzo sobrehumano para levantar la cabeza y con los ojos inyectados de sangre volteó a ver a los niños y agarrando aire hasta por las orejas, les gritó:

-- ¡¡¡ Este venado no me lo toca NADIEEEE !!! y tú Pepito, ve y dile a tu mamá que vaya mucho a CHx#&%=" A SU M#&"

= REFLEXIÓN: Para valorar el esfuerzo ajeno y respetar en su real dimensión el trabajo de los demás, todos debemos aprender a "cargar el venado".

La experiencia adquirida con el paso de los años nos ha enseñado:

Sólo se valora aquéllo que se ha adquirido como resultado de nuestro trabajo; que solo cuidamos aquéllo que nos ha costado esfuerzo, sudor y sacrificio.

¿Qué pasaría si a la "clase Política Mexicana” y demás líderes charros, se les obligase a vivir en el México en que vive la mayoría de los mexicanos, con prestaciones que establece la Ley Federal del Trabajo, con salarios mensuales promedio con los que vive un profesionista promedio, es decir $12,000.oo/mes? creo que bien valdría la pena invitarlos a “Cargar el Venado de los Impuestos” que tan solo el 10% de la población de este hermoso país, paga sus impuestos 'Pobre México nuestro, tan cerca del fútbol, telenovelas, y demás distracciones baratas y tan lejos de la educación, instrucción y de la ciencia.


- SÍ LOS OBLIGARAMOS A CARGAR EL VENADO, TAL VEZ ASÍ LAS COSAS CAMBIARÍAN PARA NUESTRO PAÍS.

miércoles, 6 de abril de 2011

CRISIS EN AMERICA LATINA

Crisis Económica, Política, Social En América Latina

Autor: Roberto Cruz Acosta

Introducción

La presente crisis mundial económica, financiera, alimentaría y ecológica, desatada por la forma irresponsable en que los Estados Unidos ha conducido sus asuntos en los últimos años, golpea con especial fuerza a las naciones más vulnerables.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la crisis económica desatada a nivel global provocará un incremento dramático del número de desempleados, trabajadores pobres y empleos vulnerables para el 2009, tal como recoge su Informe de Tendencias Mundiales del Empleo.

"La cadena parte por el lado más débil", afirma un viejo proverbio con singular pragmatismo. Ninguno de los despedidos es directivo principal ni profesional con privilegios y altos ingresos salariales. A su suerte quedan los que estaban fundamentalmente en las líneas de producción, quienes ganan poco, pero al ser muchos y sumar sus ingresos, el total financiero se hace considerable.

Los que adoptan esas decisiones no tienen jamás en cuenta -porque así se los ha enseñado el sistema- el significado social de esos despidos. En el mundo, año por año, sin existir crisis financiera, aumenta de manera notable el número de personas hambrientas o desnutridas. Al finalizar el 2008, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dio a conocer que unos 70 millones de seres humanos se incorporaron al ejército de quienes ven cada día los alimentos como una quimera, por lo que la cifra general aumentó a 900 millones, el 15 por ciento de la población mundial.

El calentamiento global, coinciden los expertos, acentúa las dificultades ya existentes como la pobreza y la marginación, al tiempo que exacerba los conflictos por la dominación de los recursos naturales, surgidos por necesidad o egocéntricas ambiciones a lo largo de la historia del hombre. Las futuras décadas, alerta el informe, verán cómo aumentan la escasez de recursos, la degradación del medio ambiente y una creciente alteración climática, perjudicial a niveles nunca antes presenciados en el de cursar de la humanidad.

Las cifras son harto desalentadoras: en los próximos siete años, 250 millones de personas podrían convertirse en "refugiados ambientales". La causa de tan espeluznante vaticinio es el cambio climático, y será uno de los muchos actos al que asistirá la humanidad durante el desarrollo de esta tragedia, urdida entre sequías, inundaciones y escasez de alimentos.

"Cuando hablamos de cambio climático a menudo pensamos en el aumento del nivel del mar y el derretimiento de los glaciares. Pero igual de importante es conocer cómo el incremento en las temperaturas del planeta y la fluctuación en los niveles de precipitación fluvial afectan la distribución de peligrosos patógenos causantes de enfermedades", explican los entendidos.

"La salud de los animales está estrechamente relacionada con los ecosistemas en que viven y el medio ambiente que los rodea. Y cualquier alteración, incluso la más pequeña, trae enormes consecuencias en las enfermedades que pueden padecer y transmitir a medida que el clima cambia", afirma el doctor Steven Sanderson, presidente de la Sociedad de Conservación de la Naturaleza. El cólera, la peste bubónica o la fiebre amarilla, podrían convertirse nuevamente en una pesadilla para la salud humana debido a los efectos del cambio climático.

El precio del petróleo parece cosa de locos. Primero subió desmedidamente y puso a muchos en el mundo con las manos en la cabeza, pues pasó la barrera de los 100 dólares y siguió en ascenso. Ahora resulta que comenzó a bajar de manera estrepitosa y anda por poco más de los 60 dólares el barril.

Ya se habla de que el número de personas que pasan hambre todos los días en el mundo tendrá un incremento inmediato de unos 70 millones, por encima de los 854 millones que viven en esa precaria situación. Sin embargo, de eso nada se dice en los círculos políticos capitalistas y en los medios de comunicación masiva.

El analista geopolítico Ignacio Ramonet considera que "esta enorme crisis financiera internacional que se está extendiendo al conjunto de las plazas bancarias y financieras del mundo, representa un cambio de modelo. Salimos de una era e ingresamos a otra. No es una crisis más. Los mercados conocen desde hace más de dos siglos crisis cíclicas. Y se dice que el capitalismo avanza mediante estas crisis, que se producen más o menos cada diez años. Lo que vemos hoy es una crisis que se produce una vez por siglo. En intensidad es semejante a la de 1929. Probablemente tendrá graves consecuencias sociales en la economía real".

La crisis del capitalismo es integral y no podemos verla solamente en algunos renglones. Abarca la crisis financiera, la crisis del sector alimentario (subida de precio de los alimentos), la crisis energética (alza en el precio del petróleo, conversión de alimentos en biocombustibles), la crisis ecológica (contaminación del planeta), la crisis de la agresiva política exterior imperialista, la crisis ideológica, la crisis moral, la crisis de gobernabilidad.

Es evidente que la crisis afecta a la economía global y no solamente a los EEUU. Como reflexionó el líder de la revolución cubana Fidel Castro: "...nos hallamos ante una crisis general capitalista, la primera de una magnitud comparable a la que estallara en 1929 y a la llamada ‘Larga Depresión' de 1873-1896. Una crisis integral, civilizacional, multidimensional, cuya duración, profundidad y alcances geográficos seguramente habrán de ser de mayor envergadura que las que le precedieron…¨

La crisis de Wall Street está impactando en América latina. La región que logró crecer gracias a cambios en sus políticas y condiciones económicas favorables un 6.1% en el 2004, 4.8% en el 2005, 5.6% en el 2006 y 5.7% en el 2007 crecerá en el 2008 no más de un 4.5%, y en el 2009, según los pronósticos, menos de un 2.5%.

Según Bernardo Kliksberg, Asesor Principal PNUD para América Latina, en su columna "Qué piensa América latina sobre la crisis global", la crisis internacional encuentra a una América latina en donde pese a los progresos económicos la reducción de la pobreza y las desigualdades ha sido lenta.

América Latina y el Caribe continúan vulnerables a los choques externos y se encuentran en situación de incertidumbre ante el nuevo escenario, fundamentalmente en lo que concierne a la seguridad alimentaria de las poblaciones, según afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en información publicada por Adital.

El alza del precio de los alimentos elevó a 51 millones el número de personas con hambre en 2007. La FAO estima que, en 2008, ese número es aún mayor. Los más afectados por la crisis son los niños y las minorías, como afrodescendientes e indígenas. En familias indígenas pobres de Bolivia y Perú, la desnutrición crónica aflige, respectivamente, al 44% y 50% de la población.

Desarrollo:

Según Marx, las crisis del capitalismo se reflejarían en un desplome de los beneficios, una mayor conflictividad entre trabajadores y empresarios e importantes depresiones económicas. El resultado de esta lucha de clases culminaría en la revolución y en el avance hacia, en primer lugar, el socialismo, para al fin avanzar hacia la implantación gradual del comunismo. En una primera etapa todavía sería necesario tener un Estado que eliminara la resistencia de los capitalistas. Cada trabajador sería remunerado en función de su aportación a la sociedad. Cuando se implantara el comunismo, el Estado, cuyo objetivo principal consiste en oprimir a las clases sociales, desaparecería, y cada individuo percibiría, en ese porvenir utópico, en razón de sus necesidades.

Marx creía que el sistema capitalista desaparecería debido a que su tendencia a acumular la riqueza en unas pocas manos provocaría crecientes crisis debidas al exceso de oferta y a un progresivo aumento del desempleo. Para Marx, la contradicción entre los adelantos tecnológicos, y el consiguiente aumento de la eficacia productiva y la reducción del poder adquisitivo que impediría adquirir las cantidades adicionales de productos, sería la causa del hundimiento del capitalismo.

De los tiempos en que Marx estudio la sociedad capitalista hasta nuestros días, muchas cosas han cambiado, pero la esencia del capitalismo se mantiene en su fase tardía, sus rasgos esenciales siguen siendo la propiedad privada, la explotación del hombre por el hombre, el egoísmo, el predominio de la ley de la ganancia, la violencia económica y las guerras.

Se han sucedido 23 crisis productivas de tipo industrial y comercial desde que se inauguró la etapa moderna del capitalismo industrial desde 1825, con un promedio de 7.7 años por ciclo; algunas crisis realmente graves, por su magnitud, amplitud y por las consecuencias económicas y sociales desastrosas - han sido muy significativas en la historia del capitalismo, como la que empezó en 1873 o la clásica del siglo XX, en la década de los treinta, que empezó como crisis bursátil y se convirtió en depresión económica. Las contradicciones económicas y sociales del sistema y una de sus expresiones, las crisis, no han conducido a su destrucción generalizada, a su derrumbe; con excepciones, en que conjuntamente con otras condiciones de tipo político y social, derivaron en un cambio de sistema económico y político, la mayoría han tenido el mismo efecto, el de sanear, por medio de la reestructuración, al sistema para proseguir su desarrollo.¿Por qué se originan? Porque los capitalistas, para compensar la caída de la tasa de ganancia, comienzan a sacar su dinero de la producción, para meterlo en la especulación.

La crisis financiera alcanzó proporciones históricas con la nacionalización de Fannie Mae y Freddie Mac, los dos gigantes del mercado de los bonos hipotecarios, en lo que se trata acaso de la mayor intervención directa del Estado en la economía de EEUU.El colapso de Fannie Mae y Freddy Mac ilustra que la teoría no siempre corresponde a la práctica, que los beneficios intangibles del estado son difíciles de cuantificar y la infinita ventaja de la lógica sobre los dogmas ideológicos.

Por muchos años los propulsores del capitalismo pregonaron la sacrosantidad de la propiedad privada y que la única manera válida de producir riqueza era por medio del laissez faire (la inversión privada sin ningún tipo de intervención estatal). De acuerdo a las creencias capitalistas, los beneficios de las hazañas de los empresarios llegarían por goteo a todos los estratos sociales. Arguían los teóricos que si un empresario no se ceñía a los rigores de las leyes de la oferta y la demanda, la mano peluda e invisible del mercado se encargaría de castigarlos con ignominiosos resultados. Este equivalente dogmático a la ley de la selva se intensificó durante la guerra fría, cuando el individualismo y la ausencia de intervención estatal en la economía se consideraban el paradigma de superioridad moral del capitalismo sobre las economías centralizadas de los países socialistas de entonces que colectivizaban las pérdidas y ganancias de la sociedad entera.

El reconocimiento oficial de la ruptura del dogma capitalista es significativo por dos razones fundamentales. La primera porque evidencia que al igual que su contraparte ideológico, nunca existió en la práctica. En retrospectiva, es por demás obvio que los principios teoréticos del capitalismo fueron repetida y continuadamente violados por subsidios, cuotas, aranceles, monopolios, manipulación de la oferta y la demanda, privilegios, intervención estatal disfrazada de otras cosas y la omnipresente corrupción. Contrario a lo que se podría creer, y de manera menos obvia, las pérdidas de los individuos casi siempre fueron socializadas tal y como ocurrió en los países socialistas. Queda esperar entonces que la muerte certificada del comunismo y del capitalismo poco a poco habrá de abrirle las puertas a la lógica, al sentido común y a la solidaridad.

Las políticas neoliberales en América Latina

Los resultados electorales producidos en estos años en América Latina son un pronunciamiento popular por cambios frente a una aguda crisis que se ha descargado sobre millones de latinoamericanos, que han soportado por cerca de 30 años la aplicación de los dogmas neoliberales impulsados por EE UU y por gobiernos títeres en la región.

Los triunfos de Evo Morales, Lula da Silva, Tabaré Vásquez, Daniel Ortega, y el de Rafael Correa en Ecuador y las significativas votaciones recibidas por organizaciones políticas como el Polo Democrático en Colombia; PODEMOS, en Chile; Ollanta Humala, en Perú; López Obrador en México, entre otros, son expresiones del anhelo de cambios que existe en los pueblos, y constituyen un rotundo rechazo al neoliberalismo.

Los cambios producidos en la región en la que se desarrollan las posiciones nacionalistas, patrióticas, democráticas, que buscan reformas en la mayoría de casos y entre los que se demandan cambios profundos y radicales, constituye una respuesta al fracaso del neoliberalismo, a la dependencia que ha depredado nuestros recursos naturales y que le ha llevado a los pueblos latinoamericanos a vivir en las condiciones más extremas de pobreza, a vivir en una de las regiones más injustas del planeta, donde la corrupción es la característica principal de la mayoría de gobiernos y es el eje de las ganancias de las transnacionales imperialistas.

"Insisto en la idea de que América Latina no está viviendo una época de cambios, sino un cambio de época. Si usted compara la América Latina de hoy, sus gobernantes, sus líderes con la América Latina de hace 10 años, la diferencia es enorme. Acuérdese de la América Latina de los Menem, de los Color de Mello, de Fujimori, de los Jorgito Endara en Panamá... hoy tenemos gobiernos más autónomos, más soberanos, más progresistas; los gobiernos neoliberales se derrumbaron como castillos de naipes, por ahí sobreviven unos que otros, pero en general ha habido muchas victorias sucesivas de gobiernos de izquierda".Entrevista exclusiva del Presidente de Ecuador a Granma lunes 12 de enero de 2009

El derrumbe del socialismo soviético, la entrada en el mundo unipolar y en el capitalismo neoliberal volvieron innecesarias para los Estados Unidos las dictaduras militares, ya desgastadas por las luchas políticas y armadas de nuestros pueblos y riesgosas para la estabilidad de la dominación imperial, como lo habían demostrado en su momento la Revolución Cubana y la Revolución Sandinista.

Washington hizo entonces un giro de su estrategia en América Latina y el Caribe, hacia la promoción de gobiernos civiles surgidos de elecciones "democráticas". No buscaba favorecer el ascenso revolucionario a los gobiernos, sino sustituir una forma de dominación que se había vuelto riesgosa por otra más segura, para la implantación del capitalismo neo-liberal, su globalización y su hegemonía militar. Este giro inauguró arrebatándole el poder a la Revolución Sandinista por vía electoral y favoreciendo la solución política negociada del conflicto armado salvadoreño, después de la gran ofensiva militar del FMLN en noviembre y diciembre del año 1989. Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Bolivia, Argentina, fueron también escenarios de la resistencia popular, incluso armada, contra las dictaduras militares que desembocaron en salidas electorales.

Los triunfos electorales de la izquierda latinoamericana no son resultado exclusivo de factores positivos o negativos las conquistas arrancadas a la burguesía por los movimientos obreros, socialistas, las reformas políticas que la propia burguesía necesitaba realizar en función de los cambios. Las luchas de resistencia al neoliberalismo, al pasar de la lucha social a la política, han forjado una nueva estrategia para la izquierda del continente. Los movimientos sociales en América Latina han tenido una actitud desigual ante la política institucional. ¿Cuál es su perspectiva sobre la relación entre ellos y los gobiernos progresistas? –Los movimientos populares son los grandes protagonistas de la resistencia al neoliberalismo. A partir de un momento se planteó el tema de la hegemonía. Y allí, muchos movimientos no estaban preparados para enfrentar este reto.

No se puede movilizar a la gente todo el tiempo. Cuando los movimientos sociales no logran constituirse en fuerza política, si no establecen nuevas formas de relación entre la esfera social y la esfera política, pierden la posibilidad de poseer capacidad hegemónica. En América Latina hay simultáneamente una crisis de hegemonía y una crisis teórica. Muchas de las viejas categorías con las que pensaba la izquierda tradicional no sirven para analizar la nueva realidad.

El socialismo en el siglo XXI

El capitalismo, por más crisis que tenga, no morirá por si sólo. Tenemos que darle el golpe de gracia. Es necesaria la expropiación de la burguesía para poder construir la nueva sociedad.

¿Hacia dónde apunta el debate sobre el socialismo en el siglo XXI? ¿Hacia la construcción de un modelo diferente? ¿Hacia la recuperación de conceptos que habían quedado en desuso para reflejar realidades que no le corresponden? –Corresponde a la necesidad de definir una etapa histórica. Las antiguas estrategias de reformas promovidas por las izquierdas han quedado atrás. También la de la guerra de guerrillas. Las luchas de resistencia al neoliberalismo, al pasar de la lucha social a la política, han forjado una nueva estrategia para la izquierda del continente.

El socialismo busca la igualdad social sobre todo: igualdad de ingresos, escuelas y hospitales; igualdad entre clases y dentro de clases. Sin igualdad social, todo lo dicho sobre diversidad, dignidad y respecto no tiene sentido. Los capitalistas también apoyan la diversidad, siempre y cuando no afecte a sus beneficios y riquezas.

Los estados socialistas del siglo XX crearon con éxito sistemas de salud, educación y seguridad eficientes al servicio de la mayoría de los trabajadores. La mayoría de los estados socialistas eliminó el control extranjero y la explotación de recursos naturales y en algunos casos se desarrollaron diversas economías industriales. En general el nivel de vida aumentó, el crimen descendió, los empleos, pensiones y bienestar fueron asegurados.

Hugo Chávez expresó :

"Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad" en un discurso a mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo Chávez "debemos transformar el modo de capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día".A su juicio por las condiciones presentes en el actual mundo globalizado, esta transición será bastante prolongada. Dentro de este concepto sería definitivamente el socialismo el camino a seguir, contrario al neoliberalismo.

Los socialistas apoyan que los ingresos y propiedades se distribuyan equitativamente entre todos los trabajadores, blancos y negros, desde granjeros indios hasta trabajadores urbanos, hombres y mujeres, viejos y jóvenes. No hay dignidad si se es pobre y se está siendo explotado; la dignidad se consigue luchando y alcanzando los objetivos socialistas de igualdad social y el aumento de los estándares de vida.

Golpes militares:

Cuando ya estaba a punto de concluir este trabajo, nos sorprende una noticia que pensábamos era parte del pasado pero sin lugar a dudas estaba ocupando un espacio especial en nuestro continente. El golpe de estado en Honduras es solo un aviso a los pueblos que si no logran la unidad política, el control económico. Las oligarquías comenzaran una escalada en la que pondrán en tela de juicio la organización del pueblo en el poder.

Vivimos momentos decisivos de nuestra historia.Que bajo la dirección del Partido Proletario es necesario estructurar un poderoso ejército popular, núcleo de acero de las fuerzas revolucionarias, que desarrollándose de lo pequeño a lo grande, íntimamente unido a las masas y alimentado por ellas, se erija en impenetrable muro donde se estrellen todos los intentos militares de los reaccionarios.

Si registramos los últimos 16 años, se conocieron 10 cuartelazos: En Argentina, el de Semana Santa de 1986, luego el del 3 de diciembre de 1990. En Panamá hubo otro el 5 de diciembre de 1990. En Perú ocurrió otro en mayo de ese mismo año.

En Venezuela ocurrieron tres golpes: el del 4 de febrero de1991, en seguida el del 27 de noviembre de 1992, y diez años después conocimos uno de signo contrario: el golpe pro yanqui del 11 de abril de 2002.

En Haití hubo dos asonadas, uno en 1992 y otro en 1994, mientras que en Paraguay conocimos dos, uno en 1995 y otro en 1999.

El país donde se registraron más golpes de estado en el siglo XX es Bolivia: 56, desde el golpe a Salamanca en 1934, en plena Guerra del Chaco hasta 1985. Le sigue Guatemala, con 36 golpes, desde 1944.Perú, con 31, Panamá, con 24 (aquí se registra el que fue, posiblemente, el primero de este siglo en América latina, porque ocurrió en 1902, cuando los miembros de la Compañía que construía el Canal, se alzaron en armas, ocuparon el Palacio de gobierno y se separaron de Colombia, en acuerdo con los enviados de Rossevelt.

En Ecuador se cuentan 23 asonadas. Cuba tuvo 17 hasta 1958, Haití, 16 hasta 1995. Santo Domingo, 16, Brasil, apenas 10 golpes típicamente latinoamericanos. Chile, sólo tuvo 9, Argentina, con 8 desde el golpe contra Hipólito Irigoyen en 1930 hasta el último del coronel Mohamed Seineldín en diciembre de 1991.

Sin embargo, entre 1959 y 1969, Argentina conoció una treintena de planteos militares, México vivió sólo un golpe militar típicamente putchista, en 1929.En Venezuela sucedieron 12 golpes desde 1908 hasta noviembre de 2002.En Colombia hubo apenas 8 golpes.

El caso de Honduras muestra que hoy se habla otro lenguaje político y nadie puede invocar ni saludar alegremente un golpe anticonstitucional. Pero muestra también que patéticamente, más allá del repudio de los distintos gobiernos, los pueblos siguen estando indefensos frente a los poderes de hecho: unos cuantos tanques de guerra puestos en algunas ciudades, el corte de energía y una buena campaña mediática siguen siendo muy difícil, cuando no imposible, de enfrentar por las grandes mayorías populares.

A través de su base militar en Honduras los agentes de la inteligencia militar del Pentágono mantienen estrechos contactos tanto para llevar a cabo las políticas como para seguir la pista de todos los movimientos políticos por parte de todos los actores políticos. Como Honduras está tan fuertemente militarizada ha servido de importante base para la intervención militar estadounidense en la región: en 1954 se lanzó desde Honduras el golpe con éxito respaldado por Estados Unidos contra el presidente guatemalteco elegido democráticamente. En 1960 se lanzó desde Honduras la invasión del exilio cubano orquestada por Estados Unidos. Desde 1981 a 1989 Estados Unidos financió y adiestró a más de 20.000 mercenarios de la ‘contra' en Honduras que integraban el ejército de escuadrones de la muerte para atacar al gobierno sandinista nicaragüense elegido democráticamente.

El golpe en Honduras respaldado por Estados Unidos demuestra que, a diferencia de la década de 1980, cuando el presidente Ronald Reagan invadió Granada y el presidente George Bush (padre) invadió Panamá, la situación y el perfil político de América Latina (y del resto del mundo) han cambiado drásticamente. A través de su apoyo al golpe militar, Washington recuerda a todos los países de América Latina que Estados Unidos todavía tiene capacidad para aplicar sus políticas a través de las elites militares latinoamericanas, ya ha reafirmado el aislamiento político y diplomático estadounidense en el Hemisferio. El régimen de Obama es el único de los países importantes que ha mantenido a su embajador en Honduras, el único país que se niega a considerar el golpe militar como un "golpe", y el único que mantiene la ayuda económica y militar.

Conclusiones:

La cuestión real no es si América Latina se ha movido hacia la izquierda sino qué tan a la izquierda se ha movido. La mayoría de los gobiernos latinoamericanos, de una u otra manera han buscado distanciarse de Estados Unidos en un grado o en otro. El poderío estadounidense en el sistema-mundo, y en particular la preocupación de Estados Unidos por las guerras que viene perdiendo en Medio Oriente, le han secado la energía política con la que previamente se movía decididamente en América Latina. Perdió el candidato apoyado por Estados Unidos, lo cual nunca había ocurrido en la historia de la OEA.

El poder de los movimientos indígenas por toda América Latina –sobre todo en México, Ecuador, Bolivia, y Centroamérica. Las poblaciones indígenas de todo el continente han sido los actores más oprimidos de la población.Pero ahora tenemos a un presidente indígena en Bolivia, que representa una revolución social genuina. La fuerza de estos movimientos en la zona andina y en las áreas mayas de México y Centroamérica ha sido un factor importante.

Los gobiernos de derecha, aliados de Washington, que desempeñan un papel activo en la región y ocupan una posición estratégica: son los de Álvaro Uribe en Colombia, Alan García en Perú y Felipe Calderón en México. Hallamos presuntos gobiernos «de izquierda» que apoyan a la burguesía nacional o regional en sus proyectos: Brasil, Uruguay, Chile, y el gobierno de Cristina Fernández Kirchner, favorece al gran capital, maquillada con algunas medidas de asistencia social. Algunos de estos gobiernos intentan mejorar sus relaciones con Washington, con el establecimiento de acuerdos de libre comercio con Estados Unidos. Chile firmó uno y Lula, en Brasil, también busca un acuerdo con Washington en torno a una serie de asuntos políticos. Venezuela, Bolivia y Ecuador, que se enfrentan con la oposición activa de importantes sectores de la clase capitalista local y de Washington. Las grandes movilizaciones populares son un factor decisivo en la existencia y supervivencia de los gobiernos populares.

¿Habrá alguna reacción de las fuerzas de la derecha? Sin duda las habrá. En América Latina vemos el intento de golpes de estados, 12 de abril de 2002, golpe de Estado para derrocar a Hugo Chávez. El reciente intento de asesinato del Presidente Chávez en el Zulia, en el cual el sicario logró escapar a Colombia, al igual que la participación de militares chilenos en reuniones de los conspiradores bolivianos, evidencia este escenario.

Cuando los movimientos de izquierda llegan al gobierno no tienen el poder, un partido de izquierda llega al gobierno, pero no al poder, porque el poder económico, está en manos de la clase capitalista (grupos financieros, industriales, agrupaciones de bancos, medios de comunicación, de comercio, etc.). Esta clase capitalista tiene el poder económico. Además tiene el Estado, el aparato de la justicia, los ministerios de Economía y finanzas. Esta clase controla los medios de comunicación. La presión de las bases es vital para convencer a un gobierno de izquierda de profundizar el proceso de cambios estructurales a favor de una redistribución radical de la riqueza a favor de las y los que la producen.

Las condiciones para avanzar en la lucha antiimperialista de unir a los pueblos de América Latina, para enfrentar a EEUU y sus políticas colonizadoras como el ALCA y el TLC son reales y tenemos que aprovecharlas. Debemos denunciar la política de agresión y saqueo del imperialismo norteamericano a los pueblos de América Latina y del mundo; para generar una mayor conciencia anti-imperialista. Se debe desarrollar la más amplia unidad de las organizaciones populares y partidos de izquierda, venciendo posiciones sectarias y exclusivistas, poniendo al centro de debate en todos los niveles, impulsando el proyecto emancipador de los trabajadores de los pueblos. El cambio sólo es producto de las movilizaciones sociales. Sólo los gobiernos surgidos de la lucha de los trabajadores y campesinos pobres de nuestro continente podrán garantizar verdaderos cambios sociales. A esto le teme la burguesía.

Bibliografía

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CADTM , El Ecuador en la Encrucijada, Abya-Yala, Quito, 2009

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http://www.articuloz.com/historia-articulos/crisis-economica-politica-social-en-america-latina-2468517.html

Sobre el Autor

Soy licenciado Informática

CAOS SOCIAL

Anarquía Primer Disparador Del Caos Social

Autor: Andrés Simón Moreno Arreche

Teoría Del Caos Social / CAPÍTULO 8: Anarquía, primer disparador del caos / ISBN 9789801241312

El anarquismo ha penetrado de forma difusa en amplios movimientos sociales informales, implícitamente libertarios, y por otra parte ha marcado con su sello numerosos cambios sociales pero, para cada una de las transformaciones de carácter libertario en las que podamos pensar es fácil citar decenas de micro- evoluciones que van en un sentido explícita o implícitamente totalitario, la sociedad parece desplazarse más bien en dirección a una reducción que hacia un incremento de las libertades y de las autonomías básicas.

Para que la anarquía evolucione desde la instancia de ‘disparador' del caos social hacia la de ‘reconstructor' de la sociedad (que es lo que, en esencia han planteado los anarquistas a lo largo de la historia) es imperativo re-contextualizar un conjunto de temas, que son pre identificados como tabúes y cuya carga ideológica y emocional bloquea cualquier posibilidad de reflexión. Este exorcismo conceptual es tanto más necesario cuanto que se trata precisamente de temas constitutivos y fundamentales del pensamiento anarquista.

¿Qué relación tiene la anarquía con el concepto de poder social? Para muchos sólo se puede formular en términos de negación, de exclusión, de rechazo, de oposición, o incluso de antinomia.

4.- Un comienzo totalmente anárquico

Nada como un ejemplo para graficar un concepto. Por eso comienzo por el final (el epígrafe 4), y no por el principio que usted se esperaba, el de las definiciones y el repaso histórico. Eso, lamentablemente no lo va a conseguir en este epígrafe. Si quiere, diríjase al último de este Capítulo, que es el A o el III, no estoy seguro, o evítese la molestia y el tiempo de buscarlo y quédese en este mal-ubicado epígrafe 4, o cierre el libro (o la pantalla, o la página) y dedíquese a leer otra cosa, o... tal vez usted sea tan anárquico como yo y prefiera ir en contra del anarquismo endógeno y subjetivo y prosiga con la lectura de este comienzo totalmente anárquico.

Así es, exageraciones aparte, la graficación más común de lo que es ser un ‘anárquico'. Yo suelo explicitarlo en mis conferencias con este otro ejemplo: Imagínese que yo lo reto a usted y a sus amigos a confrontar nuestras diferencias (cualquiera, escoja usted alguna) con un encuentro deportivo el próximo fin de semana. Suponga que en la confrontación de las ideas hayamos quedado ‘empatados' (duce' dicen en el Tenis... safe en beisbol... ‘igualados a x tantos manifiestan los fanáticos del fútbol) y acordemos dirimir nuestras diferencias con un juego. Asumamos que es de fútbol (balompié o soccer), y no es porque yo sea fanático de ese deporte (honor a la verdad, el único deporte que me apasiona es la lectura) pero lo tomo como ejemplo porque, aseguran los cronistas especializados en el tema, es el deporte de mayor popularidad en el mundo y al seleccionarlo aumento las probabilidades de que usted se sienta ‘identificado' con el ejemplo y motivado a seguirme con el planteamiento.

Llega el ansiado domingo. Son las 9:30 de la mañana y hace más o menos media hora que usted y sus compañeros de juego están practicando con una pelota ‘de estreno', a la espera de nuestra llegada. Hoy también estrenan uniforme pues la ocasión, alegó usted, lo ameritaba. No todos los días uno se enfrenta deportivamente, dijo usted, con el escritor de un libro, su editor y los impresores. Y allá lo encontramos a usted con sus amigos, frente a una de las dos porterías, practicando ‘chuts' al arco y a un costado del bien cuidado gramado del campo de fútbol, un entrenador amigo suyo con dos sus de sus mejores jugadores, a quienes está recordando jugadas y movimientos tácticos para infringirnos una descomunal derrota. Nuestra llegada interrumpe la práctica y produce un desconcierto en ustedes:

Dos de nosotros venimos ataviados con los uniformes y los implementos para jugar Hockey sobre grama. Tres vienen elegantemente vestidos para un torneo de golf (con sus respectivos ‘caddies') y los restantes nueve (Si, somos numéricamente más que ustedes) llegan luciendo con orgullo el uniforme y los implementos ‘originales' de Los Leones del Caracas, una de las franquicias de béisbol de mayor abolengo en Venezuela. Nos acompañan los cuatro árbitros que dirigirán el enfrentamiento: Un linier de fútbol, un ‘coach-ball' de hockey, un Chief-Umpire de las ligas menores de Los Criollitos de Venezuela y un árbitro de boxeo internacional, colegiado por la Asociación Mundial de Boxeo Amateur.

De inmediato yo lo conmino a discutir conmigo las ‘reglas' del enfrentamiento deportivo bajo la supervisión (y aprobación tácita) de los cuatro árbitros, mientras mis compañeros de juego ‘calientan' el cuerpo con jugadas e intercambio de pelotas propias de cada una de las tres disciplinas deportivas. ¿Cuál, cree usted, que sería su primera reacción? ¿Y la de sus compañeros de equipo? Y si después de la sorpresa y las risas iniciales yo le insisto, muy seriamente, en que debemos discutir ‘las reglas' para un enfrentamiento de sólo ‘tres innings' y máximo de cinco goles, en los que estará ‘prohibido-por-regla' la aproximación por un ‘berdie' y que un ‘hoyo-en-uno' equivale a dos carreras... ¿Qué me diría? ¿Cuál sería su reacción? ¿Aceptarían jugar o...?

Si, tiene razón: Ese juego sería una anarquía total. Una anarquía pero no un desorden; tal vez un desconcierto que plantea desde sus inicios una crisis: ¿Jugarán? ¿Es esto ‘un chiste' o una competencia seria? ¿Nos burlamos de ustedes, o es que ustedes desconocen la potencialidad de cualquier crisis –como ésta- para provocar un caos? Pero esa crisis anuncia otra, profundamente conceptual: ¿La crisis antecede a la anarquía o es la anarquía el detonante de la crisis? Dejemos de un lado lo significante del juego, que al final de cuentas, ustedes jamás iban a jugar por tratarse de un evento ‘caótico' (por lo anárquico de su planteamiento) y vayamos hacia el análisis del significado: El rol de la anarquía en los procesos deconstructivos y reconstructivos de las sociedades humanas, y su papel estelar como generador del caos social y como producto del caos.

Deconstrucción social

Por definición, por acción y por objetivos, toda anarquía, entendida como conducta que refleja un proceso ideológico, es en esencia deconstructiva. La definición operativa de anarquismo comúnmente aceptada, precisa que el anarquismo es..."una expresión política antagónica con cualquier sistema de dominación", una definición que de entrada deconstruye a partir de procesos históricos y acumulaciones metafóricas (con referencias a los conceptos ‘nihilismo' y ‘acracia'), mostrando que lo claro y evidente dista de serlo. La deconstrucción, concepto introducido por el filósofo postestructuralista francés Jacques Derridá[1], surge del método implícito en los análisis del pensador alemán Martin Heidegger[2], fundamentalmente en sus análisis etimológicos de la historia de la filosofía.

El término desconstrucción es la traducción que propone Derridá del término alemán Destruktion, que Heidegger emplea en su libro Ser y tiempo. Derridá estima esta traducción como más pertinente que la traducción clásica de ‘destrucción' en la medida en que no se trata tanto, dentro de la deconstrucción de la metafísica, de la reducción a la nada, como de mostrar cómo ella se ha abatido. En Heidegger la destruktion conduce al concepto de tiempo; ella debe velar por algunas etapas sucesivas la experiencia del tiempo que ha sido recubierta por la metafísica haciendo olvidar el sentido originario del ser como ser temporal. Las tres etapas de esta deconstrucción se siguen en busca de la historia:

La doctrina kantiana del esquematismo y el tiempo como etapa prealable de una problemática de la temporalidad;

El fundamento ontológico del cogito ergo sum de Descartes y la retoma de la ontología medieval dentro de la problemática de la res cogitans;

El tratado de Aristóteles sobre el tiempo como discrimen de la base fenoménica y de los límites de la ontología antigua.

La deconstrucción no debe ser considerada como una teoría de crítica literaria ni mucho menos como una filosofía. La deconstrucción es en realidad una estrategia, una nueva práctica de lectura, un archipiélago de actitudes ante el texto. Investiga las condiciones de posibilidad de los sistemas conceptuales de la filosofía pero no debe ser confundida con una búsqueda de las condiciones trascendentales de la posibilidad del conocimiento. La deconstrucción revisa y disuelve el canon en una negación absoluta de significado pero no propone un modelo orgánico alternativo.

La mayoría de los anarquistas y algunos autores de la Escuela de Frankfurt[3] consideran que los modelos de comunicación de masas contribuyen a bloquear la dinámica de los cambios sociales, al convertirse en poderosos instrumentos de manipulación, a partir de los cuales las ‘clases dominantes' imponen su ideología a las clases dominadas, en una especie de ‘industria masificada' de la conciencia. En este contexto, tanto los anarquistas como estos representantes de la Escuela alemana aludida, creen necesario elaborar un discurso alternativo al dominante, como paso necesario para deconstruir los estigmas de la sociedad y reconstruirla a partir de las subjetividades individuales.

Pero la más importante –y profunda- definición de la deconstrucción social la encontramos en la conferencia "Antagonistas en busca del último Imperio del milenio", dictada por Omar Villota Hurtado en la Vicepresidencia de la República Bolivia – La paz / 28 mayo 2009:

"La vida en el siglo XXI asume como característica la reconstrucción y la deconstrucción social incesante, ocasionada por el aprendizaje continuo y la inestabilidad laboral. Si esa misma concepción filosófica la inmersamos en la tecnología, entonces se hablará ya de ciudadano global y sus ciudades -otrora polis- se habrán convertido en comunidades virtuales. Esto es, personas comprometidas en desarrollar intereses comunes utilizando Internet. Se abre, por lo tanto, el espacio desde antagonistas en busca del último Imperio del milenio".

La revolución de las sexualidades, la integración de ritmos musicales y la arquitectura como corriente de expresión monumental son algunas de las vías más obvias a partir de las que se manifiesta la deconstrucción social; sin embargo, ellas y otras manifestaciones del comportamiento social menos globalizadas -aunque no menos importantes- tienen sus orígenes en los mismos fundamentos epistemológicos de la anarquía y un epicentro común: el caos como generador de nuevas e impensables realidades.

A.- La maravillosa anarquía del caos

Iniciamos con una apreciación desconcertante, no tanto por lo que engendra en sí misma, cuanto por quien la profiere: Tomás Ibáñez[4] en la página 33 de su ‘Actualidad del Anarquismo':

"El caos es agobiante e inquietante. Pero también puede ser seductor y excitante. Sin embargo, siempre se nos presenta como inacabado, transitorio; algo que está a la espera de otra cosa. ¿De qué? Pues sencillamente de que aparezca, por fin, un Orden. La calma después de la tormenta. El caos puede ser agradable durante unos instantes, puede ser útil para romper rigideces y para abrir horizontes. Pero el caos permanente es una pesadilla. Frente al caos, el Orden. Cualquier Orden. Frente al tumulto, la tranquila y precisa ordenación de todas las cosas en torno de un claro punto de referencia, de un principio, de una estabilidad... de un Centro".

El concepto poder y, más concretamente, el concepto poder político es uno de los primeros que no han podido desacralizar los anarquistas y que aún bloquean las oportunidades y las condiciones de unarenovación del anarquismo. Es usual observar que ellos recurrena posicionamientos sobre la cuestión del poder comouno de los principales criterios que permiten discriminar entrelas posturas libertarias y las que no lo son, porque el poder constituye el principal elementodiferenciador entre los grados de liberalismo anárquico que presentanlos distintos pensamientos socio-ideológicos, así comode las muchas y diferenciadas actitudes sociopolíticas, tanto individuales comocolectivas.

Aunque hay aproximaciones entre anarquismo y poder político que parecerían una incongruencia conceptual, pero que desde el fondo rescata las raíces de la participación popular, al mismo tiempo que valida las teorías sobre la liberalidad horizontal del anarquismo. Es la simbiosis anarquismo – poder popular. En efecto, el anarquismo que quiere socializar los medios de producción, también quiere socializar el poder y evitar que éste se convierta en el privilegio de unos pocos. Por eso este movimiento pretende construir un poder colectivo que surja de las relaciones sociales libres y que sólo se conciba en horizontalidad y diversidad.

En principio, la osadía de asociar anarquismo con poder para incluirlos en el mismo título, parece una contradicción irresoluble o una broma de mal gusto hacia cualquier anarquista. Esto, porque el poder es usualmente sinónimo de dominio y el anarquismo sociopolítico, aquel que aboga por una sociedad sin gobierno, rechaza toda forma de autoridad, objeta la imposición de la voluntad propia sobre la de los otros. Sin embargo, ¿Debe el poder ser entendido únicamente como una imposición autoritaria, como un "poder sobre"? ¿No se puede comprender el poder de otra forma, es decir, como un "poder-hacer colectivo", un "poder-construir en conjunto"?

Anarquía y sociedad participativa:

El término anarquismo abarca una gran cantidad de ideas políticas, aunque quizás la mejor manera de definirla es concibiéndola como "la izquierda de todo movimiento libertario", visto como una especie de socialismo voluntario, en el que podemos incluir al anarcosindicalismo, y al anarquismo comunista, para no contradecir los postulados de Bakunin[5], ni los de Kropotkin[6], dos grandes pensadores que proponían una forma de sociedad altamente organizada sobre la base de unidades orgánicas o de comunidades orgánicamente anárquicas, cuya manifestación obvia elemental serían el taller y el barrio, y a partir de este par de unidades orgánicas derivar mediante convenios federales una organización social más integrada que podría tener alcances nacionales e internacionales. En esta sociedad participativa, nacida o más bien ‘surgida' desde los postulados anarquistas las decisiones a cualquier nivel, habrían de ser tomadas por mayoría y sus delegados representantes tendrían que provenir de su seno, a la cual han de volver y en la que de hecho desarrollan todas sus actividades.

Tradicionalmente, el anarquismo se ha preocupado de las relaciones de poder, explotación y opresión por la economía, dios y el estado. El anarquismo, reducido a su forma más básica, trata de los diferenciales de poder en todas las esferas de la vida y es por ello que una sociedad anarquista pretende buscar valores para la emancipación, instituciones y resultados que eliminen la totalidad de las opresiones. Éste es precisamente el objetivo anarquista de una sociedad participativa: producir la liberación en todas las esferas de la vida. Esta visión de una sociedad fundamentada en la coparticipación está firmemente enraizada en la tradición anarquista.

Han existido sociedades cuantitativamente pequeñas que han logrado realizar el ideal anarquista. El ejemplo tal vez más dramático es el de los kibbutzim israelíes, que durante un largo periodo estuvieron regidos por principios anarquistas, como la autogestión, el control directo de los trabajadores en toda la gestión de la empresa, la integración de la agricultura, la industria y los servicios, así como la participación y prestación personales en el autogobierno. Estas estructuras sociales que tuvieron un éxito extraordinario.

Para alcanzar las cotas de éxito de los kibbutzim, los valores societales deben basarse en la solidaridad, la autogestión, la igualdad, y la diversidad. Solidaridad significa preocupación y compasión por los demás. Igualdad significa que la remuneración es equivalente al esfuerzo y al sacrificio. Autogestión es la toma de decisiones en proporción al grado en que afectan al colectivo. Diversidad significa para el anarquista diferentes formas de vivir para poder elegir.

El boceto de una sociedad anarquista y participativa está basado en los anteriores valores de solidaridad, autogestión, diversidad e igualdad. Abarca varias características e instituciones para todas las esferas de la vida como parentescos, cultura, política y economía. Algunas de estas visiones están basadas en bocetos preliminares. Otras, como el modelo de Economía Participativa, están más desarrolladas, con libros escritos sobre el modelo, y también ampliamente expresadas en debates e intercambios; incluso existen organizaciones de activistas e instituciones que son experimentos de este modelo económico.

¿Todo lo anterior -me refiero al concepto de sociedad participativa- tiene un único origen, y este es la anarquía? ¿Puede el comunismo -como teoría económica y como fundamento político- propiciar una participación societal más equilibrada y justa sin necesidad de la cosmovisión anarquista? Vamos a realizar algunas aproximaciones conceptuales para destrenzar la madeja que envuelve objetivos con principios e ideales. Más adelante, en el epígrafe III ("Un repaso conceptual e histórico") volveremos sobre estos conceptos para ponerlos en perspectiva respecto a la anarquía, y a ésta como disparador del caos social.

Hacia fines del siglo XIX, la revolución industrial dejaba sus huellas en la sociedad: el capitalismo en crisis y las masas obreras sumidas en la miseria. La consecuencia ideológica de este contexto se tradujo en la rápida difusión de corrientes de pensamiento tales como el socialismo y el anarquismo. El movimiento obrero, en efecto, se identificaría con tales tendencias. Históricamente, el socialismo surgió a principios del siglo XIX, como consecuencia de los eventos desencadenados por la Revolución Industrial y la Revolución Francesa. Este período fue conocido como socialismo utópico y en esta etapa se realizaron agudas críticas a las contradicciones estructurales del capitalismo.

El período utópico finalizaría con los aportes teóricos de Marx[7] y Engels[8] y su transformación en movimiento político de masas a partir del desarrollo del proletariado. El socialismo científico buscó comprender los hechos sociales y económicos postulando como tesis central que el socialismo nacería en el seno de la sociedad capitalista, dado que su desarrollo era consecuencia espontánea de las contradicciones mismas del proceso económico social. En esta nueva fase, el objetivo sería la conquista del poder por parte del proletariado organizado en partidos y la instauración de un nuevo Estado, la dictadura del proletariado, concebida por Marx como la forma parlamentaria similar a la Comuna de París, basada en el pluralismo político, que realizaría la transformación socialista de la sociedad. Según la concepción marxista, el socialismo se corresponde a la primera etapa del comunismo, en que sólo son de propiedad colectiva los medios de producción y cada uno trabaja según su capacidad o aptitud y recibe consume según su trabajo. Durante la fase comunista, en cambio, esta concepción sería modificada: cada uno recibirá según sus necesidades.

El comunismo refiere a un estado social en el cual los medios de producción no pueden pertenecer a propietarios privados. Se trata pues, de una sociedad sin clases en donde ningún grupo humano podría explotar a otro, ni tampoco los individuos pueden hacerlo entre sí. El comunismo es así, un sistema político, económico y social basado en la comunidad de bienes en el que se haya abolida toda propiedad privada.

El anarquismo, es una doctrina que sostiene que toda autoridad política es innecesaria e incluso nociva. Cuestiona además otras formas de autoridad como la jurídica y la religiosa, porque sostiene que una sociedad justa solo podría lograrse a través de una abolición de la autoridad; abolición que daría paso a la bondad innata del hombre para cooperar solidariamente con los demás. De esta forma, para la anarquía es posible una forma utópica de organización social que excluya al Estado de modo que este puede mantiene sin coacción. Se basa en las libertades individuales y promueve la absoluta libertad del individuo. El anarquismo fue postulado por primera vez por W. Godwin[9] y su obra continuada por Bakunin, Kropotkin, Malatesta[10] y otros. Fue en 1872, durante la 1ra. Internacional, cuando se produce un cisma entre los partidarios de Marx y los de Bakunin, y los anarquistas decidieron utilizar el terrorismo como método de lucha.

¿La anarquía es caos, o el caos antecede a la anarquía?

Unos asumen que la anarquía es la máxima expresión del orden; niegan de plano que sea una utopía y antes bien la consideran una realidad de vida. Son los que afirman que la anarquía implica el mayor orden e igualdad social posible, pues es una sociedad libertaria en la que todos son iguales y tienen el mismo derecho básico, el de la libertad: Libertad de pensamiento y de acción, pero sin perder de vista que una persona deja de ser libre en el momento en que priva a otra de su libertad, por eso en una comunidad anarquista, los habitantes ejercen un derecho básico, un deber indispensable: ser altamente auto-responsables.

Como dentro de lo anárquico se ha hablado bastante del caos, (la mayoría de las veces oponiendo el caos frente a la anarquía) intentemos ver al caos como estructura consecuencial de la anarquía, abriendo aún más sus posibilidades en la lucha por la transformación de la realidad y no desde el punto de vista adormilado o disfuncional. La no-linealidad del tiempo incluye e involucra a la anarquía (bien como proposición personal... bien como filosofía social) en especial la no-linealidad del tiempo social como recurrencia cíclica y determinista, como avatar inevitable. Frente a esta circunstancia, anarquía y caos tienen una misma posición frente a la linealidad, aunque por motivos no compartidos, si por objetivos comunes: la linealidad es un control, un poder que se proyecta en el espacio-tiempo y del que únicamente pueden liberarse las sociedades a partir del caos que se deriva de las entropías sociales, entropías que sólo pueden surgir desde el seno de una visión anárquica, liberadora y contestataria.

Los anarquistas temen cualquier aproximación, o referencia, o vinculación directa con el caos porque, al igual que la mayoría, están adiestrados para buscar certezas. Los anarquistas buscan acabar con el orden existente aspirando a construir "el nuevo mundo que llevamos en los corazones", pero con iguales parámetros de ese viejo mundo que pretenden suplantar. No atinan a ver en el caos, ese ‘otro orden' no lineal que se manifiesta a través de las incongruencias aparentes, pero que surge de una realidad, irregular y discontinua, y que se manifiesta hasta en los eventos más simples y comunes, como los múltiples procesos auto organizados que conforman la naturaleza, por ejemplo un río, el agua hirviendo, una bandada de pájaros volando, nuestro cerebro, o el torrente sanguíneo.

Mala costumbre esa de confundir, y muchas veces asociar caos con desorden. Lo percibimos en la cotidianidad de los eventos que se vuelven noticias: "Hubo un accidente en la Autopista ‘X', y el tránsito es un caos" narra el reportero de sucesos, mientras la cámara percibe, desde el helicóptero de la estación televisiva, efectivamente un accidente de tránsito que tranca el flujo vehicular, mientras largas ‘y ordenadas' líneas de vehículos se proyectan por kilómetros. El accidente ‘caotizó' el tránsito, pero no lo desordenó; simplemente produjo otro orden, en este caso la fila ininterrumpida de vehículos, que bien visto resultó ser un orden muy conveniente si, en vez de promover la productividad de todas esas personas varadas en las filas, usted quisiera realizar el trabajo de campo de una investigación social.

Otros acostumbran adjetivar ese ‘otro orden' con anarquía. "El tránsito sobre la Autopista ‘X' se ha vuelto anárquico' anuncia el locutor desde el helicóptero, mientras observa cómo los conductores que se aproximan a la cola del ‘tapón vehicular' intentan regresarse en retroceso, o traspasar la cota de separación para acceder a la contravía que los retorne. Todas las acciones subjetivas e independientes que cada conductor ejecuta para no caer en el atasco, son acciones de ‘acracia' que inevitablemente producen una situación confusa. ¿Es un ‘caos'? ¿Es una conducta ‘anárquica'? Ninguna de las dos preguntas nos llevará a la respuesta correcta, porque lo que se produce ahí es un ‘Vórtice', un reacomodo de indefiniciones momentáneas y circunstanciales que genera un reordenamiento, independientemente del tipo y la calidad del ‘orden nuevo' que se produzca.

Pero iniciamos este epígrafe con un par de preguntas fundamentales que deben ser respondidas a satisfacción. Vamos hacia eso. ¿Es la anarquía, caos? Como muchas cosas en la vida, la respuesta no sólo es compleja pues involucra más de una respuesta posible y cierta. Empecemos: Si consideramos al caos, no como desorden, sino como un tipo de orden desconocido, o bizarro, o diferente -pero ‘orden' al fin de cuentas- podríamos afirmar sin lugar a dudas que la anarquía genera un nuevo o distinto orden que puede asumirse como ‘caos' si se le conceptúa a partir del orden que trasgrede la anarquía.

Decimos entonces que la anarquía produjo un caos. Un caos ‘allá', en el otro orden. En el orden subvertido. En el status quo' que transgredió. Es, por tanto, un caos que se auto organiza y produce patrones ordenados[11]. Pero los anarquistas insisten en que anarquía no es caos. Definen al caos como ‘desorden' y por lo tanto, no hay aproximación conceptual posible. Pero ¿Y si redefiniéramos a la anarquía desde sus orígenes? ¿Cuál es el disparador de la crisis que conduce hacia la anarquía? ¿Cuál es el resultado perceptual de la ruptura entre el orden del poder y la irrupción de los valores anárquicos? La respuesta es una sola: Un caos. Un caos conceptual para quien subvierte el orden establecido, desde el orden nuevo de sus valores, que por cierto genera un ‘desorden' en quienes no comparten ‘ese' nuevo orden del ‘sin-gobierno', que es la anarquía.

Pero también la anarquía es, tanto en sus inicios como irruptor del orden, como en la prosecución de sus valores, un caos operativo, que equivale al desconcierto que produce un ‘otro – orden' desconocido y muchas veces inesperado... pero orden, al fin y al cabo. Un caos que no sólo es operativo (como vamos a demostrar en los párrafos subsiguientes) sino permanente. Una ‘caotización' crítica que en las nuevas estructuras sociales surgen a propósito de la concepción anárquica de la sociedad. En tal visión del proceso, existe una relación de causa- efecto mutua y cíclica entre la caotización de las estructuras sociales (concebida como requisito para la ‘negentropía' o ‘epifanía' de nuevos estadios sociales) y la anarquía necesaria para generar y luego asumir los cambios que conduzcan hacia estructuras societales redefinidas sobre un nuevo andamiaje moral y ético, producto esa actitud y conducta intrasubjetiva y revalorativa que se identifica como anarquía.

Haz y envés de una misma moneda; origen y consecuencia del mismo producto social, la anarquía y el caos constituyen la dupla que genera la chispa necesaria para la reorganización de las sociedades donde nadie es el depositario absoluto del poder y por tanto nadie oprime a nadie por ser la autoridad representante de ese poder; una sociedad donde la libertad y la igualdad de todos son respetadas; allí donde la solidaridad y la cooperación conducen a relaciones más sinceras, y en la que cada quien puede expresarse libremente, llevando una vida digna sin que esté sometida a la voluntad de un poder constituido o sea a costa de otros.

Pero ¿Qué puede suceder cuando algunos ciudadanos que viven en esas estructuras sociales, soportadas sobre valores anárquicos, irrumpen contra el natural y humano ‘enquistamiento' de la estructura? ¿Qué pasa si alguien pone en tela de juicio los ‘niveles' o los ‘procesos' que dan vida a una sociedad basada en los valores anárquicos? Surge un vórtice social. Y surge espontáneamente, porque por muy ‘anarcocentrada' que esté una agrupación humana, siempre existirá el disenso, la inconformidad (así sea parcial) o tal vez una visión más novedosa (y por lo tanto, más anárquica) todo lo cual producirá irreversiblemente el vórtice necesario para la consolidación de un caos. Un caos que, vale recordar, es la manifestación de ‘otro orden', ni más ni menos anárquico, pero distinto.

Podríamos definir al caos como ‘el libre albedrío' de las disidencias, el resultado, totalmente anárquico -que conduce hacia un orden superior y más justo- de los vórtices caóticos que produce el caos. De hecho, podríamos afirmar que el caos es la piedra fundacional de la anarquía, porque tal como lo sostiene Bakunin...

"... La libertad no es, pues, un hecho de aislamiento, sino de reflexión mutua"... (y toda reflexión ‘caotiza' los conceptos)... "; no de exclusión, sino, al contrario, de alianza, (las alianzas propician el nacimientos de las entropías)... pues la libertad de todo individuo no es otra cosa que el reflejo de su humanidad o de su derecho humano en la conciencia de todos los hombres libres, sus hermanos, sus iguales".

Las 7 Leyes del Caos Social en los procesos anárquicos:

Aunque tendemos a aborrecer el caos y a evitarlo siempre que nos sea posible, la naturaleza lo utiliza como medio adecuado para crear nuevas entidades, conformar acontecimientos y mantener la cohesión del Universo. Las sociedades también, en tanto que universo social que busca permanentemente equilibrio y cohesión. Pero el caos social resulta ser una realidad bastante más sutil que la idea común de una confusión ocurrida al azar; los científicos se refieren al caos como a una interconexión subyacente que se manifiesta en acontecimientos aparentemente aleatorios. La ciencia del caos se centra en los modelos ocultos, en los matices, en la sensibilidad de las cosas y en las reglas sobre cómo lo impredecible conduce a lo nuevo.

Se puede deducir, entonces, que el caos es de manera simultánea, nacimiento, destrucción y creación. La historia del universo nos lo reconfirma. Fuera del caos de los gases primigenios, se desarrollaron muchas clases de órdenes estables, incluyendo probablemente las órbitas predecibles de sistemas planetarios similares al nuestro. Las partículas subatómicas que generó el big bang, dieron nacimiento a un cosmos que también se encuentran dentro de nuestros cuerpos en formas ordenadas. Cuando morimos, esas formas energéticas ordenadas que llamamos cuerpo, soma o residencia tempo-tridimensional retornan al flujo del caos, que sigue trabajando tanto en la explosión galáctica, como en la implosión de las asociaciones societarias.

El orden paradójico del caos no sólo yace oculto dentro de los confines de la lógica en la matemática pura. También reside en nuestro pensamiento y en todo lo que nos rodea, pues fluye alrededor y a través de nosotros, impactándonos y ejerciendo fuerte influjo en las organizaciones sociales, pues vivimos dentro de movimientos que afectan a los demás, del mismo modo como los de los demás nos afectan a nosotros. Todo ello crea un caos sutil e imprevisible a muchos niveles, pero es dentro de ese mismo caos que han nacido todos los órdenes psicológicos y físicos que conocemos.

La metáfora de la teoría del Caos Social nos ayuda a entender la interacción dinámica y dialéctica entre ‘caos' y ‘anarquía', a partir del conocimiento explicativo de un corpus de Leyes que no sólo transgreden la linealidad copernicana de la ciencia, sino que envuelven y se adentran en las estructuras sociales... En sus principios originarios... En sus procesos reconstructivos... La anarquía, en tanto que producto sociopolítico de la humanidad, tiene una vinculación estrecha con las Leyes fundamentales del Caos Social, como veremos a continuación.

  • La primera Ley del Caos Social es la ley del vórtice creador.

Esta es la ley de la creatividad y de la renovación colectiva. Según esta ley, toda actividad en la sociedad y en la naturaleza es vórtice creador colectivo, pues en el caos los individuos son parte indivisible del todo, idea cercana a la relación microcosmos/macrocosmos de los griegos.

La teoría del caos desmonta la ilusión tecnológica del control, tanto de la naturaleza como de la vida humana. La imprevisibilidad de los sistemas caóticos expresa que el control social es un espejismo y propone a los individuos que, en vez de resistirse a las incertidumbres de la sociedad, las acepte como un ejemplo endógeno de la ilusión de control social con la que las organizaciones humanas pretenden subsumir a los individuos que manifiesten esa ‘rebeldía consciente y auto gestionada' - llamada ‘anarquía' - que nace de esa energía cinética que lo impulsa a cuestionar estructuras, reglas y autoridades, de igual modo los principios fundacionales, la ética y la visión de una sociedad que les resulta de algún modo hostil o castrante.

Como respuesta al caos social aparece la creatividad individual como la manifestación palpable de la energía cinética del vórtice social. Una energía que nace y permanece desde y en el individuo. La vida de las sociedades es una paradoja constante pues reside tanto en la controlentropía que generan sus estructuras, como en el cambio creativo que producen los individuos. Un cambio creativo que es producto del dinamismo interno de los sistemas que en determinados momentos, introduce el caos. Hablamos de situaciones de desequilibrio social que precisan de una respuesta más allá del orden interior y ese nuevo orden dinámico es la solución creativa que brota desde una cosmovisión anárquica. La pervivencia de la vida social precisa del caos y éste mana de la creatividad como un subproducto de la anarquía.

El vórtice es la clave para entender la estructura múltiple y compleja de las sociedades y de cómo se halla contenida una energía socialmente cinética dentro de ella, que apunta permanentemente hacia el cambio, hacia la entropía de las estructuras. La partícula elemental de la sociedad - el individuo- es un vórtice de energía en sí mismo y el vórtice que resuelve el enigma fundamental de la sociología moderna, pues muestra por primera vez cómo es que esta energía de cambio, individual y anárquica, está "encerrada" en la estructura social.

Los estudios sobre el comportamiento del hombre en sociedad, desde Durkeim a Rodrígues, pasando por Luis Recasens Siches, describen al individuo como ‘sujeto' de la sociedad. El vórtice nos brinda una imagen mucho más clara: el movimiento dinámico de las ideas es el fundamento mismo del hombre y no hay nada en él que esté sujeto o encerrado. Ahora podemos verdaderamente apreciar lo que Einstein quería significar cuando hablaba de que la masa es equivalente a la energía. Y aquí nos referimos, no a ‘la masa' de irracionales sumisos y ‘aglomerados' que describiera José Ortega y Gasset en ‘La rebelión de Las Masas', sino a masa entendida como indiferenciación dispersa de sujetos pensantes y ubicables en un espacio geográfico predeterminado. El gran logro del La Ley del Vórtice consiste en la representación de la materia social - el hombre pensante- como energía vital de la sociedad. La concepción ‘relativa' de Einstein volvió a la energía del cambio en un concepto inteligible y aplicable a la sociología moderna, al describir la forma en que la energía -vale decir, el individuo como vórtice de energía en sí mismo- adopta roles de cambio y de transformación dentro de las organizaciones sociales.

Ahora bien, esta ‘energía social' es inmaterial. No hay un océano de ‘energía social' parecido al de éter. No es alguna sustancia o un fluido que flota alrededor de nosotros. La ‘energía social' es dinámica endoactiva, es acción emprendedora, es cambio social y podemos representarla como un movimiento, como aquellos movimientos excéntricos y particulares que ‘dibujan' una elipse irregular alrededor de un ‘atractor extraño', al cual hicimos profusa referencia en el Capítulo Nº 1. Del mismo modo que el movimiento no pude existir sin una dirección determinada, la ‘energía social' no existe sin un objetivo definido. No es que la ‘energía social' forme un vórtice entrópico o una onda de cambio. El individuo, en tanto que energía de ese vórtice, es la partícula generadora del cambio.

El vórtice de ‘energía social' es una imagen simple, aunque poderosa. Nos muestra cómo es que algo tan dinámico como el individuo subyace a algo tan controlador de cambios como la estructura social. El movimiento de los individuos dentro de la sociedad crea estabilidad aunque sus actividades sean flexibles y puedan aparentar estabilidad social, bajo la figura de rutinas sociales, o comportamientos preestablecidos. Este modelo en particular nos permite entender cómo es que la ‘materia social' -el individuo socializado'- puede convertirse en energía social. ¿Que ocurriría si desenrollamos la madeja de la desobediencia civil? Que la organización social sucumbiría, el sustrato que le da soporte y consistencia a las instituciones sociales desaparecería, y con ellas la estructura misma de la sociedad. De la misma manera, si pudiéramos desatar la energía de cambios y de transformación social que está en cada individuo como vórtice de ‘energía social', la cantidad de cambio liberada sería enorme, pues al igual que la madeja de la desobediencia civil, estaríamos frente a un concepto abstracto e invisible, una partícula de vórtice social que es en sí misma un potencial de transformaciones, una forma muy concentrada de ‘energía social' capaz de evolucionar las instituciones sociales.

El ‘vórtice social' nos permite explicar de manera muy simple muchas de las propiedades que se atribuyen a la sociedad moderna. Una faceta desconcertante de la sociedad actual consiste en las fuerzas misteriosas que parecen aflorar de ella, con las que todos estamos familiarizados. Considérese por ejemplo, la cohesión corporativa. Todos sabemos que las personas se socializan identificando su proyecto de vida con la visión y las misiones de las corporaciones. Literalmente se adhieren a un imán social y forjan su destino a partir de la corporación. Estableciendo un paralelismo, podríamos afirmar que la carga de atracción de ese imán es, junto a la atracción concéntrica que generan otras estructuras sociales a las que pertenece o se afilian las personas, una fuerza esencial de la naturaleza grupal y asociativa de las sociedades. Se trata de una fuerza muy real y potente, pero la sociología tradicional no ha conseguido jamás explicarla cabalmente.

El vórtice social nos brinda una explicación refinada de tales fuerzas, porque los vórtices de energía social son intrínsecamente dinámicos. En caso de superponerse entre sí, es evidente que habrán de interactuar. De este modo, el vórtice social se sitúa en la base de la sociedad y nos muestra el por qué de las propiedades que se le atribuyen. El vórtice social no cuestiona los hallazgos de la sociología moderna, más bien establece nuevos fundamentos para ellos, porque ayuda a entender la naturaleza íntima de la estructura de las sociedades y las fuerzas misteriosamente individualistas que suelen ir asociadas a ella. La ciencia social ha explorado en el ámbito de la sociología y la psicología social, las leyes que rigen la interacción de los individuos y las organizaciones sociales en el seno de la sociedad. La idea de que la partícula elemental - el individuo- es un vórtice de energía no modifica estos hechos de carácter macro social. En lugar de ello, el nuevo modelo sociológico que concibe las potencialidades del individuo como las de ‘vórtice social' podría servirnos para reforzar y unificar las leyes de la naturaleza social y del comportamiento humano en sociedad descubiertas hasta el presente, al apuntar hacia un nuevo enfoque.

¿Cómo explicitar, no sólo la naturaleza de ese vórtice individualista y energético que subyace en las sociedades humanas, sino su desarrollo en medio de las controlentropías que anteponen los sistemas sociales a los cambios potenciales o reales? La única respuesta posible es la anarquía. La anarquía como válvula liberadora del individualismo, y paradójicamente liberadora de la sociedad misma, pues la transforma. Como el momento creativo verdadero precisa de las sensaciones paradójicas del saber, pero no saber, de lo conveniente con lo inadecuado, de la certeza y la incertidumbre, de lo ergonómico con lo incómodo, de la alegría y del horror, y hasta del descontrol; es decir, todas las facetas del caos, lo que produce la anarquía es un aumento del grado de libertad. La libertad así entendida pierde su categoría moral básica y puede atribuirse a cualquier sistema social dinámico porque pierde su aspecto juicioso en la medida en que se desvincula de la autoconciencia humana, de la posibilidad de decidir una u otra acción. Esta expresión alude al orden anterior: Cuanto más rígido, menos dinámico será, menos posibilidad de cambio y en ese sentido menos grado de libertad. La libertad que se genera desde la anarquía es definida desde la Teoría del Caos Social como la potencialidad para el cambio y de ella depende el dinamismo liberador o la enquistación progresiva del sistema social.

Pero la gran mayoría de sociólogos y de anarquistas se desalientan ante la posibilidad de concebir a la primera Ley del Caos Social, la ley del vórtice creador, como la esencia creativa del anarquismo desde los inicios de las sociedades, porque les resulta difícil aprehenderla y mucho menos aceptarla. Sin embargo con esta renovada comprensión que aporta el vórtice como embudo turbulento de creatividad social individualista, la complejidad del tema desaparece. El ‘vórtice social' convierte al estudio del caos social en una fuente de comprensión del comportamiento grupal; en un universo de instituciones, organizaciones, agrupaciones, formas de gobierno y estructuras societales que entienden aunque no aceptan, la importancia trascendental del individualismo (y de su manifestación más pura: el anarquismo) para la búsqueda transgresora hacia un nuevo orden, más humano y más eco-integrado. A pesar de su simplicidad consubstancial, el ‘vórtice social' puede comenzar a resolver los enigmas de la psicología social que conceptúan a las actitudes y a los comportamientos ‘de disonancia y desequilibrio social', como elementos perturbadores y no como lo que en realidad son: energía social de cambio.

  • La Segunda Ley del Caos Social es la influencia sutil del ‘efecto mariposa'.

En relación con ‘el efecto mariposa' rescatemos algunos postulados que ya abordamos en capítulos anteriores, para ponerlos acá en la perspectiva de su interrelación con los postulados operativos del anarquismo. El "efecto mariposa" es un concepto que hace referencia a la noción de sensibilidad en las condiciones iniciales dentro del marco de la teoría del caos. La idea es que, dadas unas circunstancias preliminares de un determinado sistema, una mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en formas completamente diferentes. Sucede entonces que una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación o de reducción, puede generar un efecto considerablemente grande. Un ejemplo claro sobre el ‘efecto mariposa' consiste en soltar una pelota justo sobre la arista del tejado de una casa, varias veces. Pequeñas desviaciones en la posición inicial pueden hacer que la pelota caiga por uno de los lados del tejado o por el otro, conduciendo a trayectorias de caída y posiciones de reposo final completamente diferentes; así los cambios minúsculos conducen a resultados totalmente divergentes.

El ‘efecto mariposa' aplicado a la Teoría del Caos Social es particularmente útil y conveniente para ejemplificar, no sólo el proceso caótico en la dinámica de las organizaciones humanas, sino también el ‘origen anárquico' de tal efecto. Esta ley del caos ofrece una explicación para la mayoría de los fenómenos naturales, desde el origen del Universo a la propagación de un incendio o a la evolución de una especie, pero también arroja luces esclarecedoras sobre los fenómenos sociales aparentemente inexplicables. En el estudio del comportamiento humano y del consecuencial ‘orden social', el problema parte del concepto clásico de ciencia social, que exige la capacidad para predecir de forma certera y precisa la evolución de las estructuras y hasta del comportamiento masivo en un conglomerado, desde las más elementales agrupaciones humanas como la familia y el dintorno social, hasta las más etéreas pero complejas organizaciones sociales como las vecinales, las municipales, el país y el Estado.

Todo proceso social recorre un ciclo más bien caótico, que en algunas sociedades se manifiesta en forma de yuxtaposición y en otras de sucesión, pero en ambas abarca cuatro momentos, los cuales se enfocan en mantener bajo su control los procesos entropizadores, pero existe una regla básica y fundamental para la existencia de ese ciclo: No hay reglas. Así de simple... No hay reglas deterministas ni de ningún otro género. La espontaneidad y la ‘anarco-inducción' son los únicos disparadores de la influencia del cambio. Un cambio sutil pero profundo y muestra resultados impredecibles que brotan en la aparente espontaneidad de un inicio anárquico.

Para entender cómo el ‘efecto mariposa' es la evidencia de un cambio provocado por la anarquía, es necesaria la amplificación de las pequeñas incidencias anárquicas que provocan un máximo de modificaciones en la sociedad. El cambio sutil que genera una postura anárquica puede identificarse como un comportamiento errático en un sistema social, que constantemente se balancea entre las presiones para mantener el equilibrio (procesos controlentrópicos) y los efectos desestabilizadores de los cambios y las modificaciones que surgen de su seno (vórtice social). Las organizaciones sociales intentan (y usualmente logran) mantener ese equilibrio pero al no conseguirlo, se hace imposible cualquier predicción sobre el desempeño de los individuos dentro de ese colectivo, cuando el cambio va más allá de un determinado punto en el que, inducido por la presión social que genera la anarquía, se convierte en conducta social transgresora y desestabiliza.

Esto tiene unas repercusiones muy importantes en el enfoque anárquico de ver el mundo. Como dijo Robert Musil[12] en El hombre sin atributos:

"La suma social total de los pequeños esfuerzos cotidianos de todo el mundo, especialmente cuando se aúnan, libera indudablemente bastante más energía en el mundo que las hazañas heroicas singulares. Ese total incluso logra que el esfuerzo heroico individual parezca algo minúsculo, como un grano de arena en la cima de una montaña con un sentido megalomaníaco de su propia importancia".

La influencia sutil es aquello que el anarquista afirma, para bien o para mal, de acuerdo con su percepción ética de la vida. Cuando la persona anarquista es negativa o deshonesta, ejerce una sutil influencia sobre los demás, al margen de cualquier impacto directo que pueda tener su conducta. El ser y la actitud anarquista conforman el clima en el que otros viven, la atmósfera que respiran. Aporta los nutrientes de una vida libre donde ‘la otredad' se reconoce y crece. Si el anarquista es genuinamente feliz, positivo, reflexivo, colaborador y honesto, su actitud y su conducta influye sutilmente en aquellos que le rodean porque todos nos sentimos profunda y sutilmente afectados por cómo son los demás.

La influencia sutil, en su sentido negativo -la connivencia- mantiene cohesionados los ciclos de límite restrictivo; pero en su sentido positivo es vital para mantener los sistemas abiertos renovados y vibrantes. La metáfora del caos nos proporciona un nuevo y etéreo modo de pensar en la diferencia entre la influencia maligna y la benigna. La sutileza comienza con el hecho de que el poder del ‘efecto mariposa' es, por su propia naturaleza, impredeciblemente anárquico. La influencia sutil de la anarquía en la sociedad tiene formas tan diversas que es excepcionalmente difícil adivinar los efectos a largo plazo de sus acciones, como lo sería el predecir el tiempo atmosférico de los próximos meses. Quizás por esa razón muchas de las más sabias tradiciones anárquicas enseñan que cualquier acción que propenda hacia la libertad no sólo debe mirar por el bienestar de los otros para el futuro, sino que deben basarse en la autenticidad del individuo, ser verdadera en sí misma y ejercitar los valores de la compasión, el amor y la amabilidad básica. El poder sutil de la anarquía está en el reconocimiento de que cada individuo es un ser esencialmente libre aunque indivisible del todo que es la sociedad, y que cada momento caótico que la anarquía genera en el presente de las sociedades regidas por el poder (en cualquiera de sus manifestaciones sociales) es un espejo del caos social del futuro, caos presente que conducirá indefectiblemente, a la instauración de la libertad individual como forma de vida superior.

Ser anárquicamente sutil es ‘darse cuenta' de que la sociedad del dominio del hombre sobre el hombre es el más deleznable de los muchos ‘mundos fractales' y de que es necesaria una mirada microscópica para poder distinguir la diversidad de lo que hay y la diversidad de lo que puede haber, pues todo depende de las acciones de los individuos y su interconexión. El libre albedrío que impulsa la anarquía es la gestión genuina realizada por un individuo que conecta con las acciones individuales auténticas de otros, de forma que puedan generar cambios o sostener la dinámica social en un marco de libertad.

  • La Tercera Ley del Caos Social afirma la creatividad y la renovación colectivas.

La creatividad, como experiencia anárquica, apunta la paradoja de que los sistemas auto-organizados son individualidades pero que ‘sienten', en el momento creativo, tanto nuestra presencia en el mundo como algo único, como la conexión con la totalidad a la que pertenecemos.

La tercera Ley del Caos afirma la permanente renovación colectiva a partir del aporte inter individual. Se trata de un postulado que sintoniza perfectamente con la anarquía, pues se refiere a la capacidad que tiene el ser humano de trabajar y participar espontánea y libremente en la resolución de situaciones o problemas de la comunidad. Esto es posible porque el pensamiento y la filosofía anárquicas está en sintonía operativa con los sistemas abiertos, con los no lineales, con aquellos procesos sociales creativos y caóticos, en los que no se requiere que alguna autoridad tenga el poder de decidir por los demás, sino de un sistema social exento de control central pero con altísimas dosis de creatividad colectiva, para que dentro del caos que genera la anarquía, sucedan cosas ordenadas y productivas, que son más que la suma de partes mecánicas que aportó cada quien, pues se trata de formas adaptables y resistentes del colectivo.

Esta ley nos conecta, desde la perspectiva del caos con la actividad en la sociedad y nos muestra que toda la acción en la naturaleza es colectiva; en el caos, los individuos son parte indivisible del todo. El caos ofrece muchas sugerencias sobre las formas curiosas y paradójicas de relacionarse las personas entre sí y los grupos con sus miembros y con otras agrupaciones. El caos nos demuestra que cuando diversos individuos se auto organizan libre y espontáneamente (es decir, cuando asumen un comportamiento anárquico) son capaces de crear formas sociales adaptables a las nuevas mutaciones del complexo social, pero suficientemente resistentes como para enfrentar con relativo éxito la fase entrópica inevitable en toda forma organizativa, hasta que se produzca, inevitablemente, una chispa de anarquía que cuestione ese ordenamiento societal y un nuevo caos produzca la vorágine de cambios sociales en el modelo, tal como lo hemos explicado en la Ley del Vórtice.

  • La Cuarta Ley del Caos Social es la anarquía que explora el holismo entre lo simple y lo complejo.

Otro factor de importancia capital es observar la forma como lo aleatorio irrumpe en el orden de la anarquía y no es controlable, ni predecible. También en los sistemas ordenados, como por ejemplo los interruptores de los superconductores, en las cotizaciones de bolsa, en las señales nerviosas, o en las redes computarizadas, ocurren repentinos estallidos de conducta aleatoria que ‘anarquizan' sus procesos; es decir, que ‘individualizan' un orden nuevo que no se sujeta al ‘poder preestablecido con anterioridad. Algo muy similar también ocurre en los sistemas holísticos de la anarquía. Lo más propio de un estilo de vidaanarco-holístico es la coherencia de vida, que integra relación total de pensamiento-sentimiento-palabra-acción, pero aún en estos estadios de encadenamiento anárquico, surge el caos cuando se explora entre lo simple de los planteamientos y lo complejo de las ejecuciones. Los planteamientos de una espiritualidad holística están firmemente relacionados con el Neo-Anarquismo en cuatro aspectos:

1.- En la autogestión, que es uno de los aspectos fundamentales, posiblemente el que más. Significa ante todo una filosofía y una metodología que parten de dentro-afuera, de abajo-arriba, de micro-macro. Significa que cualquier organismo social, en la dimensión en que esté vivo, tiene condiciones para resolver sus propios problemas con la metodología de abajo-hacia-arriba. Es decir, que en principio cualquier persona o grupo está capacitado para, por su propio dinamismo interno, encontrar soluciones para los obstáculos que se presenten. Y no sólo obstáculos, sino para crear desde sí mismos otras posibilidades de llevar adelante cualquier proyecto.

2.- En la acción directa, que implica no delegar las cosas, sino experimentarlas personal o grupalmente. Inicialmente, es una postura anti-parlamentaria, porque se desconfía profundamente en que los Parlamentos pudieran solucionar los problemas sociales, ya que los diputados representan sus propios intereses partidarios y divagan en un ambiente de corrupción. En el mejor de los casos, desconocen los problemas como la pobreza, la marginación, la exclusión, la opresión, porque no la viven. Por tanto, se debe actuar desde abajo, con los medios que sean más propios y directos, sin delegar o relegar los intereses colectivos. Con cierta "espontaneidad organizada", es decir, colectivamente, pero con cierta inmediatez y espontaneidad. Esto permite mayor fluidez y adaptabilidad, frente a posturas fijas y esquemáticas.

3.- En la Asamblea, que ha sido una constante en la praxis, tanto holística como anarquista. Si bien para las tendencias individualistas del Anarquismo esto ha parecido otro dominio sobre el individuo, en la asamblea espera hallar el anarquista un espacio libre y de concepción holística para encontrarse, opinar, tomar decisiones sobre los temas que le atañen y planificar su ejecución. Todos están llamados a participar, sin exclusiones, porque los problemas son de afectación común y deben, en consecuencia, resolverlos. La manera de hacer anarquista busca en esto la unanimidad o el consenso. Sin duda, eso retrasa las discusiones y las hace más amplias, pero con el consenso se tiene la garantía de que no hay exclusiones y que lo decidido es de aceptación común, como en las sociedades holísticas.

4.- En el Espíritu Libertario e Igualitario. Es la gran propuesta del Anarquismo: la libertad. Pero no como la entiende la derecha o los conservadores, que sospechan siempre de la libertad y, en todo caso, piensan en una libertad con desigualdad, donde "Todos somos iguales, pero unos son más iguales que otros…" (La rebelión en la granja, de G. Orwell (1945) En el Anarquismo se piensa que la libertad es presupuesto imprescindible para una relación humana. Sin libertad no hay posibilidad de crecimiento, de profundización, de "humanidad". Por eso el Anarquismo siempre ha sido muy crítico del Socialismo de Estado (que en mucho casos terminó siendo un capitalismo de Estado), en cuanto que ha sido autoritario, verticalista, "dirigista" y prostituyó la participación al reducirla a mera ejecución de órdenes tomadas arriba, no discutidas por la base, y que tienen que ser ejecutadas porque supuestamente son en beneficio ‘de las masas'.

Holismo y Neo-Anarquismo van de la mano. El Holismo es el marco teórico-espiritual. El Neo-Anarquismo es la estrategia de acción y vida. De esta simbiosis brotarán muchas prácticas en el futuro próximo pero ahí están las coordenadas básicas de referencia que bien podrían denominarse Anarco holística.

  • La Quinta Ley del Caos Social, ley de los fractales y la razón.

El caos que plantea la danza dinámica entre la simplicidad y la complejidad, presenta la forma más evidente de representar esta relación entre lo simple y lo complejo: está en los gráficos fractales. En esta relación, también llamada la geometría de las formas irregulares y de los sistemas caóticos, los fractales son el resultado de repetir formas simples ad infinitum, formas que son observables en la naturaleza de las cosas, como por ejemplo, en los helechos o la formación de los cúmulos nubosos. Se afirma que la sociedad es una forma fractal relativamente simple, que emerge de los sueños, deseos, y contribuciones complejas de sus miembros, y como tal, ciertos cambios en un individuo llevados a grandes escalas pueden producir cambios no predecibles. Si se lleva la complejidad demasiado lejos deviene pura casualidad, se comprime lo simple y estalla la complejidad.

La anarquía es ‘fractal' porque es un modelo que hace referencia a las huellas, las pistas, las marcas y las formas realizadas por la acción de los sistemas sociales dinámicos que de alguna manera ‘caotizan' el dintorno y provocan, desde estadios de libertad anárquica, el surgimiento de organizaciones sociales horizontales que se ubican a medio camino entre la simplicidad operativa y la complejidad estructural. Al replicar estas estructuras sociales, la anarquía no hace otra cosa distinta que ‘fractalizar' un sistema social, horizontalizándolo, simplificándolo, transformándolo en un sistema más humano y eco-sostenible.

La anarquía fractal opera como una estructura disipativa de todo orden de jerarquía humana o de poder preestablecido. Es generadora, por sí misma, de sistemas sociales inestables que se originan en la inter-subjetividad de los individuos y que proyectan su efecto disipativo hacia todos los niveles jerárquicos, hasta provocar en la estructura vertical de las sociedades subsumidas por cualquier forma de poder y control, su efecto entrópico. Esta metáfora múltiple de lo no lineal hace mapas de la realidad social, que se asemejan a lo rizomático, y explora el territorio gris entre lo simple y lo complejo, entre lo denso y lo sutil, para asentarse precisamente allí.

Entonces, el caos comienza a ser visto en los procesos anárquicos como un locus de máxima información y complejidad. La complejidad y la casualidad se transforman en una puerta que conduce hacia el orden anárquico. Cuando estamos frente a sistemas muy complejos (por ejemplo los números irracionales) y su complejidad se vuelve infinita, termina pareciendo un sistema casual y aleatorio. La casualidad es utilizada por personas que desarrollan tareas creativas como detonantes de nuevas creaciones, como la pintura derramada que se transforma en una obra de arte; como una palabra dicha que da origen a un verso magnífico, un gesto que antecede a una coreografía; un error ecuacional simple en la programación de computadora que provoca un fractal...

Cuando todo parece complicarse, "aparece" el orden de lo simple y viceversa: Cuando todo se simplifica no tarda en aparecer el ordenamiento de lo complejo. Esto sucede porque estas cualidades no están en los objetos o las situaciones, están en las interacciones que hay entre ellas y de nosotros con ellas. Al ser humano lo cautiva la simplificación y esto conduce a estereotipos que categorizan a las personas y a los sentimientos. Se cae en la dicotomía de lo bueno y lo malo. Entonces, desde el poder social preestablecido, vertical y controlador se producen pautas y se generan modelos, pero la anarquía puede romper ese ciclo perverso aplicando el arte de la simplicidad en la paradoja de la complejidad.

  • La Sexta Ley del Caos Social, o cómo vivir anárquicamente dentro del tiempo.

En la Teoría del Caos, esta ley se refiere a los modelos recurrentes e incesantes de la naturaleza. Un fractal es una figura plana o espacial, compuesta de infinitos elementos, que tiene la propiedad de que su aspecto y distribución estadística no cambian cualquiera que sea la escala con la que se observe. En la sociedad, las estructuras que se replican a sí mismas hacia adentro y hacia afuera de sus límites, se denominan ‘estructuras fractales' y para comprender su realidad hay que observarla con mirada estética, o lo que es lo mismo, vivirla dentro de su espacio-tiempo.

Esta sexta ley se refiere a la dificultad de utilizar adecuadamente el tiempo en el mundo "moderno". Se cuestiona la desaparición de sus cualidades e invita a reconectarnos con él, a vivir el tiempo de manera creativa y no con el tic-tac del reloj. Para lograrlo tenemos de dejar atrás la creencia de que el tiempo es una línea recta y reconocerla como una línea fractal, con giros, curvas y arabescos. ¿No es cierto que el tiempo parece detenerse cuando estamos enamorados o tenemos un accidente? ¿No es cierto también que se ha mercantilizado el tiempo? Se dice "gasté, ahorré, perdí" tiempo, como si fuera dinero.

El tiempo se transforma en un rizo que sólo tiene significación a partir del espacio que ocupa en la mente de quienes lo perciben. ¿Cuánto dura un beso? Depende de cómo y desde dónde usted lo observa variará en intensidad y en significación. Si usted es quien besa o es besado/a, la acción en ese tiempo tendrá una significación y una duración muy distinta entre usted... ¡Y su cónyuge que le observa desde la otra acera! El tiempo de cada sistema, de cada situación, de cada ser humano es anárquico (lo que equivale a decir que es auto-simbólico... subjetivo) y como cada sistema posee su espacio-tiempo, vivir anárquicamente dentro de esos lapsos permitirá mayor creatividad y auto organización.

  • La Séptima y última Ley del Caos Social, es ley de la nueva percepción. Volver a unirse con el todo.

La unidad del cosmos envuelve a los seres humanos al igual que a la naturaleza y a todos los fenómenos que ocurren en él. Esta séptima ley reconoce que cada partícula del universo tiene su propia historia, trabaja a partir de ello y tiene una evolución autónoma, sin embargo, de manera ‘anárquica' todo se unifica para formar una entidad global interdependiente. Participar en el mundo es pensa

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Sobre el Autor

Comunicólogo estadounidense con residencia en Venezuela. Licenciado por la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas como Comunicador Social (1975). C.E.O. de Creatividad Estratégica C.A. donde realiza asesorías para la imagen y la identidad corporativa de empresas y corporaciones y diseña campañas persuasivas para personalidades, ONG's y partidos políticos. Profesor universitario y escritor. Es autor de 5 novelas, 2 libros de cuentos breves y 5 de poesías, así como también de dos ensayos: 'Teoría del Caos Social' y 'Leyes y Principios Estratégicos de la Guerra Comunicacional', sobre los que versan sus conferencias internacionales.