martes, 6 de marzo de 2012

POBREZA A SECAS

POBREZA A SECAS


La Organización Mundial del Trabajo (OIT) tiene como meta para el próximo decenio crear 600 millones de empleos, lo cual es bastante temerario ya que la crisis mundial de los últimos años ha dejado un aproximado de 27 millones de desempleados; fenómeno social y económico que ha golpeado fundamentalmente a los y las jóvenes, quienes difícilmente encuentran colocación a tiempo parcial y mediante contratación temporal.

De acuerdo con las tendencias mundiales, para el 2012, la economía mundial ha reducido drásticamente su capacidad para crear nuevos empleos; en lo que respecta a la economía mexicana, la situación se torna bastante difícil, pues se han combinado problemas económicos y sociales tales como: creciente informalidad en el empleo, desempleo creciente y bajos salarios.

Como producto de lo anterior, crece la pobreza de todo tipo entre los mexicanos, ya que se hace prácticamente inalcanzable la canasta básica de alimentos, tanto por sus altos precios como por su escacez.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), para el 2011 la economía mexicana había registrado un déficit de 900 mil empleos, debido a que se había registrado un menor crecimiento económico que en años anteriores, así por ejemplo tenemos que en el sector primario (agricultura, ganadería y pesca) se registró una caída de 6.92 %.

Junto a ello, la importación de granos básicos ha crecido de manera acelerada en los últimos años, lo que le resta soberanía alimentaria al país, tal y como ha sucedido con el frijol, cuya importación en la última década (2000-2011), creció anualmente a una tasa de 43.8 %. En el caso del maíz, se registró un aumento en su importación del 24.3% anual.

Lo anterior ha repercutido en el precio de la canasta alimentaria; en los últimos seis años (2005-2011) los valores de las canastas alimentarias –urbana y rural– aumentaron 45 y 46,8%.

Mantener bajos salarios y una tasa de desempleo alta, solo hace que se incrementen los niveles de desempleo y de empleo informal.

En México, se estima que 40 de cada 100 son empleos informales, creciendo anualmente en un 8.3%, en tanto que el empleo formal solo aumentó en un 3,0%, según datos del INEGI para el 2011.

Ante esto, los partidos políticos y sus candidatos deben de centrar sus esfuerzos en elaborar propuestas concretas para hacerle frente a a tres cuestiones fundamentales, que ya no se puede seguir postergando su atención: desarrollo económico y social, pobreza intelectual, alimentaria y de ingresos, así como la desigualdad social.

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