jueves, 29 de abril de 2010

LA UAS AL BORDE DEL PRECIPICIO


La UAS, al borde del precipicio

La Universidad Autónoma de Sinaloa, corrompida e indefensa, de la mano del ex rector Héctor Cuén, está metida en la implantación de un proyecto político ajeno a los objetivos académicos, culturales y sociales de la institución, se explica en este texto revelador.

Ana Luz Ruelas* 

La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) está al borde del precipicio. Como en los años setenta, la máxima casa de cultura de Sinaloa es de nuevo un gran cuartel político, pero ahora controlado por la derecha, integrada por una mezcla de universitarios aventureros y empresarios y políticos sin escrúpulos.

En tiempos pasados del izquierdismo, el PCM, el PMT y la Corriente Socialista la utilizaron afectando su vida académica. Y hoy opera al servicio de la oligarquía estatal, bajo el control de una organización filofascista denominada “Cuenta Conmigo”, liderada por el ex rector de la UAS Melesio Cuén.

Esto ocurre cuando Sinaloa padece un colapso económico e institucional entrecruzado por la hegemonía del narco, que quebró su “estructura moral,” como sostiene Jorge Medina Viedas en su trilogía, “Masacre”, publicada en Milenio Diario.

El pasado 21 de abril, el diputado federal Manuel Clouthier declaró que en Sinaloa existe el peligro de que la “camarilla mafiosa del poder”, cobijada por el PRI, se entronice y legitime un nuevo modelo de gobernabilidad en México, comandado por empresarios-políticos ligados al crimen organizado.

Esta acusación, que podría tener un sesgo de política electoral y de la cual la universidad pública del estado debería estar ajena, no lo está. Al contrario: la actuación concertada del grupo Cuenta Conmigo con los hermanos Enrique y Agustín Coppel, cabezas del ala empresarial de esa élite, y con el candidato priista a gobernador, Jesús Vizcarra, tiene metida abierta e impunemente a la UAS en ese proyecto.

La historia, como dice Hanna Arendt, es algo que tiene muchos principios, pero ningún final, siempre está abierta a cambios. Por eso hay que explicarnos cómo fue posible que esa universidad esté hoy al borde del abismo.

¿Por qué después de propugnar un proyecto de educación crítica para favorecer la transformación de México, a la vuelta de tres décadas esta institución forme parte de la avanzada del sector más conservador de la élite regional, pagando por ello un alto costo de corrupción y oscurantismo?

¿Qué explica que haya terminado corrompida e indefensa?.

 Pero también este esfuerzo de comprensión requiere imaginar y concertar acciones que eviten esa calamidad.

Si no se logran, la sociedad sinaloense puede entrar en una descomposición que llevaría a generaciones enteras revertirla.

El comienzo del deterioro El sometimiento definitivo de la UAS ocurrió en el gobierno de Jesús Aguilar Padilla del PRI.

Finalizaba el rectorado de Gomer Monárrez (2001-2005) en medio de una aguda crisis política y financiera y un enorme desgaste institucional.

Para superarlo era imperativo reformar su ley orgánica. Un colectivo de profesores presentamos una iniciativa al Congreso local para modernizar democráticamente a la UAS.

Hubo otras propuestas, pero, por consigna del gobernador, no se aprobó ninguna, permitiendo que el nombramiento de rector (2005-2009), que iniciaría en junio de 2005, se resolviera a la antigüita, con campañas dispendiosas y dádivas. Fue algo deliberado para cerrarle el camino a nuevos liderazgos.

En medio de un escándalo ganó la rectoría Melesio Cuén, jefe de compras de la UAS por ocho años, un personaje siniestro e inculto, que se dedicó desde su oficina a financiar elecciones de directores y a crear empresas, convirtiéndose él mismo en su principal proveedor.

Aguilar quería de rector a un “interlocutor confiable”, sin importar que fuera un aventurero corrupto. Y lo consiguió, iniciándose así una radical involución de la casa rosalina.

El gobernador le regaló a Cuén, en 2006, una ley orgánica a modo que desapareció los procesos electorales, pero el nombramiento de autoridades empeoró, pues en los hechos terminaron en designaciones predeterminadas de Cuén, que impuso en las escuelas a personas desarraigadas de sus comunidades, a los que luego integró a su grupo.

Su rectorado instauró la intolerancia y la barbarie. Se le quitaron atribuciones al Tribunal Universitario; el Consejo fue sometido con base en sobornos y amenazas; se persiguió penal y laboralmente a los disidentes, los sindicatos cayeron en manos de neocharros que cancelaron la jubilación dinámica sin garantizar un sistema alternativo viable.

Los universitarios quedaron indefensos. Desaparecieron instancias para corregir injusticias internas y cuando los conflictos salían a tribunales externos, el gobierno manipulaba para avalar a la mafia universitaria. Además, se decretó la calidad académica con base en evaluaciones externas contratadas y una onerosa propaganda.

A toda esa farsa se le calificó como una “gran reforma”.

En este escenario hostil, la masa universitaria se rindió, y avanzó un desistimiento colectivo por enfrentar la debacle.

Al igual que en los regímenes totalitarios, miles de profesores y estudiantes parecemos “ganado humano”, que acepta pasivamente la destrucción cultural de su alma máter.

La UAS hoy: carne de cañón El nombramiento de rector 2009-2013 fue un montaje acordado por Cuén con los grandes empresarios, el gobernador Jesús Aguilar y su candidato Jesús Vizcarra, para dejar a alguien que se subordinara a sus planes.

Antonio Corrales Burgueño resultó impuesto y contra lo que pregonaron algunos de sus amigos ex comunistas, aceptó ser parte de la jugada; ratificó en sus puestos a la mayoría de los funcionarios de Cuén, quien antes de salir dio existencia formal a la asociación civil Cuenta Conmigo, instrumento de sus intereses políticos personales y financiada con dinero de la propia UAS.

En estos meses, este grupo ha tomado de rehén a la UAS y la subastan como un almacén de activistas y de votos. Los directores y funcionarios encabezaron una afiliación masiva por todo el estado, reclutando compulsivamente a miles de alumnos y profesores.

Crearon comités en todos los municipios con apoyo de las escuelas para promover la figura de su cabecilla, con la coartada de “favorecer a la UAS” (consultar http://www.cuentaconmigoac.com/).

El Servicio Social se convirtió en un ejército de activistas del grupo; Radio UAS, la vocera oficial; la Rectoría, su intendencia política. A esa asociación se acerca gente en busca de plazas, becas, dinero, calificaciones, favores y cargos políticos.

Al ostentarse como una corporación poderosa, se ofrecieron como aliados de cualquier partido que les garantizara puestos y prebendas, aunque bajo cuerda obedecen a los hermanos Coppel y a mismo Vizcarra.

Cuén fue comisionado para lograr la candidatura a gobernador por el PAN con el fin de impedir que Mario López Valdez, disidente del PRI, le hiciera la competencia a Vizcarra desde una coalición opositora.

Al fallar en su intento, sus jefes lo impondrán como candidato a la presidencia de Culiacán por el PRI en coalición con el Panal. El 23 de abril, al registrarse como precandidato, aseguró que lo de ellos es un proyecto hasta el año 2030, pues no piensan soltar el control de la UAS por décadas.

Han organizado centenares de brigadas de activistas y porros para volcarse a ganar Culiacán y conseguirle votos al PRI, a cualquier costo.

El macabro descuartizamiento de perros por parte de alumnos de la Prepa de El Salado, para tirarlos en el interior de un plantel de Cobaes, tiene cimbrada a la opinión pública. Ilustra el trasfondo emocional que ha sembrado el cuenismo en la UAS; junto a la degradación que el narcotráfico, el crimen organizado y la crisis del sistema político infligieron a Sinaloa, avanza el naufragio de su principal centro de saber, prohijando conductas fascistas.

Si se cumple el nefasto pronóstico de que una “camarilla mafiosa” festeje con champaña si gana las elecciones; levantando su copa con ellos estarían los delincuentes y fanáticos que se apropiaron de la UAS.

Es importante por ello que, al menos en silencio, el próximo 4 de julio los universitarios contribuyan a detener con el voto esta bancarrota civilizatoria.

Al parecer, es la única salvación.

* Investigadora de la UAS.

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