viernes, 10 de julio de 2009

CUENTOS PARA CUENTEAR






CUENTO PARA CUENTEAR

Es un día de tantos cuando se escucha: “¡A ese profesor, a ese estudiante y a ese trabajador me lo traen para acá!": Era el infame dictadorzuelo, quien dilatando su enorme nariz y sus ojos rapaces, les gritaba y apuntaba con su retorcido y maloliente dedo acusador.

"¡A esos retrógradas me los traen para acá", repitieron iracundos los achichincles, quienes miraban embelesados a un mico rengo , otrora jefe de las juventudes revolucionarias.
Rápidamente, los achichincles empiezan a hacer oficios y proceden a levantar actas administrativas, so pretexto de haberse atentado contra la integridad de la noble y centenaria institución a su cargo.

Las voces de los directores fascistas se oían por doquier, azuzando a los achichincles a golpear, patear y humillar a todo aquel que discrepara con su ideología neoliberal y globalifílica.

Arriba, en la tribuna, un afeminado director, sermoneaba a un estudiante de ciencias sociales, acusándolo de ser amigo de alguien que no era fiel a los postulados del plan de estudios diseñado en las competencias profesionales exigidas por el movimiento globalizador.

Abajo, una Directora de cierta facultad, recientemente creada y con pretensiones de acreditación tropieza con un apático profesor, por lo que "La principessa”, que así se hacía llamar, recientemente liposuccionada, ordena que el rengo oficial lo expulse de su Cuerpo Académico, para que sirva de escarmiento a todos los profesores que no quieran estar en los Cuerpos Académicos aprobados por el más corrupto de los achichincles camaleónicos.

Un profesor esquelético, con algunos huesos rotos, sin comer y despedido de su trabajo, es exhibido como trofeo por el mastín del dictadorzuelo ante las delegaciones de otras escuelas y facultades masivamente ACREDITADAS para, según él, escarmiento de los rebeldes e ignorantes que se oponen a la acreditación globalizada de su delirios de grandeza.

El viernes, 22 de mayo, al caer la tarde, se produce un revuelo en la Torre de las Adulaciones. Llegan autobuses y automóviles por doquier. Se habla de un humo blanco, de que había que votar por el candidato del Plan B. pues tales eran las órdenes de los de arriba.

El ansiado día se acercaba, por lo que los H. Consejeros Universitarios fueron requeridos a la entrada de la Torre de las Adulaciones, para que fueran TESTIGOS PRESENCIALES y LEGITIMADORES del acto final de la obra cumbre que estaba por iniciar.

Un viejo profesor, totalmente despistado y desaliñado, al pie de la escalinata pretende entrar al recinto, pero como no tenía carnet oficial, no pudo entrar.

Un joven consejero estudiante, ubica a un profesor conocido y le pide orientación para emitir su voto, pero el profesor se excusa, dice que no tiene, conocimiento, pero más tarde aparece con un boleto para que pase por sus viáticos y por el premio a su lealtad. El estudiante toma el carnet y presuroso se encamina al lugar donde le harían efectivo el obsequio.

Por fin, llega al fatídico momento, desde afuera del recinto se escucha que se había consumado el tercer y último acto; el principio de la continuidad había iniciado. De pronto, llega la principessa y con un grito histérico, espeta horrorizada que había sido engañada, que en lugar de crema había recibido puro jocoqui.
Los achichincles del ungido, escuchan atentos, y comienzan a disparar sus cámaras para guardar evidencias, que posteriormente utilizarían para cobrar facturas y lograr la ansiada acreditación.

Rápidamente, la principessa, reconoce su error y con su engolada voz empieza a repartir sonrisas y loas para el ungido, meneando su liposuccionado cuerpo para todos lados, como buscando al ungido y a su pública consorte.

Al poco tiempo, de aquella noche fatídica, se ve salir al séquito de achichincles dando un espectáculo dantesco. Más de doscientos “consejeros” comían alegremente los despojos de un águila, que antes orgullosamente descendía sobre su presa; hoy ella era presa de hambrientos zopilotes.

La brutalidad fascista y la simulación académica habían sido consumadas; esa noche del 22 de mayo el cuerpo de la majestuosa águila había sido desplumado y devorado brutalmente. Al fin sabíamos que era verdad, que ni tan siquiera le dieron el derecho a opinar con que salsa quería ser cocinada. Para qué…, ello estaba fuera de toda discusión.

Al día siguiente, reina una calma chicha, los achichincles se reúnen en grupitos, atentos a cualquier movimiento que pudiese hacer el ungido, pero éste no da señales de vida, no desea contrariar los deseos de quien lo ha ungido. Únicamente ha dicho que seguirá fielmente los destinos del mesías, acatando sus designios hasta el 2012.

De pronto, como por arte de magia, la pública consorte del ungido empieza a brillar con luz propia; la principessa le organiza un evento para que los lamebotas le limpien sus sucios pies y su larga y pelada cola. Rápidamente, se ve rodeada de sus fieles amigos y compañeros de tropelías, casi todas féminas, quienes con gritos destemplados exigen parar los feminicidios y equidad de género.

Las hay de todos los colores: azules, amarillas, tricolores, rojillas, rosas y hasta sin color. Todas ellas, buscan el mismo fin: Lograr los favores de la pública consorte del ungido.

La infiel esposa del ungido, estoicamente aguanta el dolor y el aburrimiento de aquello a lo que ella estaba muy acostumbrada a hacer: La lambisconería y la simulación, requisitos sine qua non para logra los favores de los ungidos.

El tiempo, tan necesario para acabar con este estado de cosas, había iniciado también, paradójicamente, Cada minuto que pasara, era necesario para que surgieran voces y acciones discordantes en contra del actual estado de cosas: Dos viejos zorros aúllan en voz alta sus desgracias. Antes, tres viejos búhos habían lanzado sus advertencias y lamentos

Tiempo al tiempo, las bases para que el neoliberalismo y la globalización salvaje lleguen a su fin, se empezaban a dejar ver en la lejanía, pues en verdad es cierto, que las mismas fuerzas que los engendraron terminarán por eliminarlos de la faz de la tierra.

Verdad es también, que el tiempo hará que las Leónidas vuelvan a tocar la faz de la tierra, inundando con su luz los corazones valientes y rebeldes; hoy, intimidados algunos, otros más, se encuentran vendidos, rendidos, vendidos o dormidos,

Es una verdad de perogrullo, que existen más diez mil cerebros que piensan, que construyen, pero que se pierden por el golpe siniestro del fascismo, pues los fascistas, llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles nada. Para el fascista, sus medallas son los atropellos, los despidos, las desapariciones, las muertes... Un fascista se siente héroe, cuando avasalla a quienes no piensan o actúan como él.

Quieres tener oro u oropel? En tus manos... está la decisión.

Culiacán, Sinaloa, Verano de 2009.
Antony Peper

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