sábado, 27 de noviembre de 2010

LA FABULA DEL GALLO COLINO



LA FABULA DEL GALLO COLINO

Cuentan los que lo vieron, que en un pequeño pueblito perdido en lo más recóndito de un lejano país alejado de la mano de Dios, pero muy cerca de un corral prendido con alfileres..., un grupo de personas se divertían haciendo apuestas a su gallo preferido.

Dicen que en esa ocasión, en el corral se encontraban 3 gallináceas tratado de mellar los espolones de un gallo colino, por lo que los apostadores se empezaron a dividir haciendo sus vaquitas para cruzar las apuestas.

Las féminas cacareaban sin parar luciendo sus mejores sonrisas por todo el corral…, una a una fueron cacaraqueando sus mejores promesas con el ánimo de que los apostadores hicieran las apuestas a su favor.

En tanto..., el gallo colino, sereno escuchaba sus cacareos, pero de vez en vez volteaba al sentir las miradas que algunos de los presentes lanzaban a sus espolones.

Unos decían desdeñosamente “ es un pobre infeliz que nunca ha hecho nada por el gallinero”, otras pocas decían “ el gallinero debe ser nuestro, somos mayoría”, algunas decían debemos recuperar nuestro gallinero para nosotras las féminas… debemos empoderarnos del gallinero”.

El pobre gallo colino, que se había pasado los días siendo menospreciado por la dueña del corral y sólo de vez en cuando recibía alguna encomienda, había alcanzado su madurez en otros corrales vecinos de su pequeño pueblito en vías de consolidación.

De pronto..., se levanta y con paso lento y seguro, se encamina al centro del corral y tallando sus espolones se lanza sobre la nuca de la primera gallinácea que encontró en su camino y en menos de lo que canta un gallo se trepa en la otra y luego en la otra, dando pronto cuenta de ellas.

Luego de lo cual..., sacude con firmeza sus alas y tallando de nuevo sus espolones les dice al oído “si quieren más me avisan”, por lo que al oír aquello..., la dueña del gallinero entornando seductoramente los ojos, se retira del lugar moviendo coquetamente su imaginaria colita.

MORALEJAS:
  • No se puede sacar del corral a un verdadero gallo colino.
  • Los verdaderos gallos colinos demuestran ser colinos en corrales propios o en ajenos.
  • Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.
  • Podemos llegar a ser el mejor gallo colino del gallinero, aun cuando las dueñas del corral no tengan una buena opinión sobre nosotros. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan los demás de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.

Culiacán, Sinaloa, invierno de 2010.
Antony Peper

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